El Grito en el Zócalo

Algo debe saber el secretario de Gobernación que nadie más sabe para afirmar con tanta seguridad que el presidente encabezará en el balcón central de Palacio Nacional su primera ceremonia del Grito.

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Lo que se ve sí se juzga. Florestán

Al salir del Informe del gobernador Francisco Olvera, este martes, Miguel Ángel Osorio Chong respondió con firmeza a una pregunta sobre si habría Grito el domingo en el Zócalo: ¡Sí! ¡Por supuesto que sí!

Esto lo dijo sabedor, como nadie, del campamento que los militantes de la CNTE tienen instalado en esa plancha desde hace dos meses y del que no se han movido ni para hacerle espacio al mitin de López Obrador, el domingo pasado, asegurando que ahí se van a quedar, de lo que son capaces por meses, como en 2006, cuando ocuparon el centro de la ciudad de Oaxaca.

Entiendo que algo debe saber el secretario de Gobernación que nadie más sabe para afirmar con tanta seguridad que el presidente Enrique Peña Nieto encabezará en el balcón central de Palacio Nacional su primera ceremonia del Grito, este domingo 15 de septiembre.

Recuerdo que en 2006 López Obrador ocupaba el Zócalo y con carpas el Paseo de la Reforma, y el entonces secretario de Gobernación, Carlos Abascal, llegó a una negociación: el tabasqueño daría un Grito a las nueve de la noche y en el balcón del antiguo Palacio del Ayuntamiento, a las 11, daría otro el entonces jefe de Gobierno, Alejandro Encinas, acompañado, justamente, del mismo Abascal.

Para el presidente Fox se destinó el escenario histórico de Dolores Hidalgo, en Guanajuato, al que todos los presidentes acuden una noche del 15 de septiembre.

Esta podría ser la solución para el primer Grito de Peña Nieto de no desalojar la CNTE el Zócalo, pero no resolvería el tema del desfile militar del 16 de septiembre, que nunca se ha suspendido ni cambiado de ruta, lo que daría otro cariz al conflicto.
Pero, insisto, algo debe saber Osorio Chong que, de lograrlo, habrá alcanzado una de sus mayores victorias políticas.

retales
1. Carga. Uno de los más graves problemas de las finanzas públicas son los pasivos por pensiones en el IMSS y Pemex. En el IMSS, el pasivo actuarial por las pensiones de sus trabajadores, no de los derechohabientes, es de 6 a 8 por ciento del PIB; en Pemex la situación es más grave: su pasivo laboral está entre 9 y 11 por ciento del PIB. Y no hay salida;

2. Pocos. Es cierto que resulta injusto que quien gane medio millón de pesos al año vaya a pagar los mismos impuestos que los hombres más ricos del país, 32 por ciento de ISR. Pero Hacienda tiene un dato que refleja que el rechazo a esta alza no tendrá un respaldo popular: solo 1 por ciento de la población tiene ingresos superiores a los 500 mil pesos anuales; y

3. Delirios. Morena se atribuye que el gobierno federal no haya gravado con IVA los alimentos y las medicinas, lo que es una desproporción. Si Peña Nieto sacó la reforma educativa con los maestros en el Zócalo, marchas y bloqueos, ¿alguien puede creer que un solo mitin de AMLO tiró ese IVA? 

Nos vemos mañana, pero en privado

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