El lastre de las subsecretarías

El anuncio de la reingeniería administrativa propuesta por el gobernador Roberto Borge Angulo, que pretende desaparecer diversas dependencias y organismos públicos...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El anuncio de la reingeniería administrativa propuesta por el gobernador Roberto Borge Angulo, que pretende desaparecer diversas dependencias y organismos públicos que no están dando los resultados esperados, fue muy bien recibido por la sociedad quintanarroense ya que el gasto destinado a mantener a verdaderos elefantes blancos de la burocracia es muy alto.

Sin embargo, para lograr un ahorro sustancial es necesario no sólo eliminar del mapa a dependencias inútiles como la Seplader o la Secretaría de Cultura, que en los últimos años no han dado golpe alguno, sino también depurar los obesos organigramas de la mayoría de Secretarías que albergan a una gran cantidad de esos especímenes de la alta burocracia conocidos como “subsecretarios”.

Porque en Quintana Roo tenemos subsecretarios para dar y regalar, y en la mayoría de los casos su cargo y el alto sueldo y privilegios que devengan no se justifica por el trabajo que realizan.

De hecho, la mayoría de los subsecretarios gozan de ese puesto en pago a favores políticos y compadrazgos, no por méritos administrativos ni mucho menos porque realmente su trabajo sea necesario.

El peor ejemplo de la plaga de subsecretarios que asola la administración pública del estado, chupando grandes cantidades de recursos del erario, lo tenemos en la Secretaría de Gobierno, actualmente a cargo de Gabriel Mendicuti Loría.

Pues bien, la Secretaria de Gobierno en Quintana Roo cuenta con ¡ocho! subsecretarios, cuyas funciones son verdaderamente fantasmales pues cuando estallan las broncas, entre todos no pueden resolver nada.

Pues sí, en la Secretaría de Gobierno tenemos a un subsecretario de Desarrollo Político, a otro de Asuntos Agrarios e Indígenas (aunque estos asuntos le correspondan a la Sedari), uno de Gobernabilidad, otro de Asuntos Jurídicos, uno más ocupa la Subsecretaría Técnica y otro la de Vinculación Política y Social, mientras que dos más ocupan sendas subsecretarías en la zona norte.

Aún con esa horda de subsecretarios la Secretaría de Gobierno, cuya principal función es la de mantener la gobernabilidad y el control de la política interna, ha quedado en ridículo en muchas ocasiones al no poder resolver problemas menores, como los conflictos entre taxistas y los líos con el magisterio.

Y este es solo un ejemplo, pues en la mayoría de las dependencias hay una saturación de subsecretarios, por lo que la reingeniería administrativa no estará completa hasta que se depuren los organigramas y se eliminen de los mismos a aquellos burócratas de lujo que ocupan una posición decorativa. Como máximo quedarán dos subsecretarios en cada dependencia, y el ahorro sería sustancial. 

Lo más leído

skeleton





skeleton