El maestro “Gasparín”

Gracias a su tenacidad 'Gasparín' se ha mantenido vigente para cobrar todos aquellos estímulos o reconocimientos por años de servicio docente.

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Aunque no existe un acta que de fe de su nacimiento, todos los biógrafos lo ubican al inicio del corporativismo sindical del magisterio, allá por la década de los cuarenta.  

Nacido entre sábanas de seda, teniendo como madre a la Secretaría de Educación Pública y como padre al SNTE, el Profe Gasparín creció como toda una leyenda en el sector educativo.

Obviamente son muy pocos los que afirman conocerlo debido a sus fugaces apariciones quincenales; sin embargo, hoy se ha vuelto más huidizo que nunca. Algunos afirman que tiene el don de la transformación, ya que con la transición de los gobiernos cambia su apariencia, edad e incluso de sexo. Gracias a su tenacidad se ha mantenido vigente para cobrar todos aquellos estímulos o reconocimientos por años de servicio docente.

¿En qué nivel educativo o grado escolar trabaja? Nadie sabe, lo que sí se afirma es que es el “maestro de las mil chambas”. 

Es el chofer ideal, pues es una tumba a la hora de interrogarlo; es fiel a su amo, ya que le cuida las espaldas en todo evento político, además de partirse el lomo a la hora de las campañas electorales. Lo mismo se le ve recogiendo documentos en alguna dependencia o repartiendo apoyos en las colonias populares; se camufla estupendamente en las oficinas del servicio público o como gerente de algún negocio familiar. 

Por ironías de la vida, el temido caza fantasmas, Emilio Chuayffet, se cruzó en su camino y con su equipo de sabuesos del Inegi le siguió la pista hasta el mismísimo infierno para acorralarlo junto a su numerosa prole que ostenta 39 mil 222 plazas docentes, pues donde se supone trabajaban dijeron no conocerlos.

¿Dónde andan o qué hacen? La respuesta oficial es: comisionados. Aunque la SEP dijo que tenían un registro de casi 13 mil maestros comisionados, la última investigación de Mexicanos Primero contabilizó casi 30 mil maestros que estaban fuera de las aulas en funciones administrativas, sindicales o electorales.

Hoy la vasta familia de Gasparín corre el riesgo de quedarse fuera de la base de datos que operará la SEP para pagar la nómina y prestaciones a partir de 2015, a través del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone). Si la cacería es real, entonces Gasparín dejará de ser el “mil usos” y regresará a su escuela, cosa que, en verdad, dudamos mucho.

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