El más sanguinario

El ascenso de El Z-40 como jefe del cártel de Los Zetas disparó la violencia de las organizaciones criminales.

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Se resisten a aceptar la victoria. Florestán

Miguel Ángel Treviño Morales es el más sanguinario de todos los jefes de la delincuencia organizada que han operado en México.

Su ascenso como jefe del cártel de Los Zetas disparó la violencia de las organizaciones criminales en dos vertientes: en sus combates internos y contra la sociedad.

Identificado como El Z40, se había convertido en el jefe máximo de esa escisión del cártel del Golfo, que surge a la captura, el l4 de marzo de 2003, y posterior extradición a Estados Unidos de su jefe, Osiel Cárdenas, cuando con Heriberto Lazcano, El Lazca, independizan al brazo armado, que había creado el mismo Osiel, para conformar una organización por separado que tuvo como primer y principal enemigo al mismo frente del Golfo, con el que a lo largo de los años sostuvo una sanguinaria guerra sin tregua para la que se alió con los Beltrán Leyva, con lo que extendió su zona de control a Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí, Durango, Veracruz, Quintana Roo; y con Vicente Carrillo, líder del cártel de Juárez, con lo que alcanzó el territorio de Chihuahua.

Los Zetas se convirtieron en la organización más violenta y sanguinaria.

Solo recordar el ataque al Casino Royale, en Monterrey, en el que murieron 52 personas el 15 de agosto de 2011; la masacre de San Fernando, cuando asesinó a 265 migrantes centroamericanos en agosto de 2010, y el asalto al penal de Apodaca, cuando en una fuga de 37 reos mataron a 44.

A Los Zetas se les adjudica el asesinato del hijo de Humberto Moreira, el pasado 3 de octubre, y el del doctor Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, el 28 de junio de 2010.
El 7 de octubre del año pasado, elementos de la Marina mataron a Heriberto Lazcano en un operativo en Coahuila, con lo que Treviño Morales se reafirmó como jefe máximo.

La madrugada del lunes, otro comando de la Armada lo detuvo en una brecha entre Nuevo León y Tamaulipas, en uno de los golpes más importantes que el Estado mexicano haya dado al crimen organizado.
Ahora faltan los otros grandes.

retales
1. Nada.
En San Lázaro no hay acuerdo para aprobar al consejero número 9 del IFE. Lo echarán para septiembre. En octubre tienen que elegir a otros cuatro que terminan su gestión;
2. Hambre. El día 29, el Coneval dará a conocer su reporte sobre la pobreza, y la cifra arrojará un crecimiento a partir del simple incremento en la población en la que aumentan más los pobres que los que no lo son; y
3. Bateo. Gustavo Madero y Jesús Zambrano insisten en que el extraordinario de agosto sea para la reforma político-electoral y en el ordinario ya verán la energética y la hacendaria. Así le hicieron a Calderón en 2007 con la reforma política y, aprobada ésta, lo batearon con la hacendaria. 

Nos vemos mañana, pero en privado

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