El milagro de la reproducción de los penes

Con la misma actitud con la Nicolás Maduro, presidente venezolano, afrontó su equivocación deberíamos tomar las cosas en México.

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Perdón, de los peces, como dijo Nicolás Maduro, presidente venezolano,  que, a pesar de la situación incómoda, a medio discurso se portó como los machos y aguantó la risa. No se puso neuras exigiendo que pongan rejas en el Zócalo.

Con esa misma actitud deberíamos tomar las cosas. Por ejemplo, en vez de que los aficionados se jalen los pelos, porque no habrá el verdadero clásico mexicano, Pumas vs. América, deberían de entender que todo es por un asunto de seguridad: digo, la autoridad no se podría dar abasto para proteger a las porras, que son tan cultas y tan sanas, de la llegada de los temibles maestros.

Digo, qué necesidad de ponerse como El Piojo Herrera, que ante las movilizaciones estaba más indignado que todos los intelectuales orgánicos nada orgásmicos del CIDE, el Colmex y varios más. En su calidad de niño héroe del sexenio tricolor, se puso como granadero en 2 de octubre no se olvida. Una clase de lógica nada cartesiana que te hace pensar en aquellos que acusan a Mancera de blando pero complaciente y que, nostálgicos de Díaz Ordaz, añoran la mano dura acurrucada en una tanqueta. Se ve que no saben qué tan dura es la mano dura.

Y qué decir que se dejó esperando durante cuatro horas a los jóvenes de la tercera edad en pleno Día de los Abuelos porque, dirán los sospechosistas a los que nada les parece, que no son su target sino de El Peje. Por lo menos les hubiera mandado unas fotos autografiadas mirando hacia el futuro con el mundo feliz incluido que tanto promete.

O los propios mayextros en éxtasis y su proverbial fanaticada que a quienes se atreven a criticar sus sacrificios patrióticos (de la ultraizquierda a la ultraderecha, todo será patriótico o no será) de inmediato son acusados de ser orejas de Gobernachong, vende patrias y testaferros del capitalismo salvaje. 

Incluso yo me voy a tomar mi dosis de la mística yerbosa de Fox para tranquilizarme, porque ni la CNTE ni el Gelboy ni Chauyffet ni Osorio Chong quisieron entrarle al reto de arreglar sus diferencias no a madrazos ni a intercambio de histerias como hasta ahorita, sino en una competencia muy cultural donde el que saque mejores calificaciones en el examen de la UNAM y la prueba Enlace gana. Todos le sacatearon.

Ya lo único que me tranquiliza es que un juez de Hermosillo reabrió el caso de la guardería ABC. Ya si apañan a Molinar Horcasitas y al Eduardo Bours (¿Burns?), no me importaría que Pemex se convierta en la Exxon Valdez. 

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