El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, acaba de anunciar, nueve días después de los hechos, la captura de seis de los siete integrantes del grupo que asaltó y violó a seis españolas en la zona de Barra Vieja, en Acapulco.

Es caso cerrado, asegura el procurador y enumera las razones: declaraciones contundentes que coinciden con los testimonios de los agredidos la madrugada del 4 de febrero, recuperación de los objetos robados, comparación de huellas.

Velocidad extraordinaria, además, pues, según Murillo Karam, la primera detención se hizo el martes en la noche.

—¿Tan rápido dieron con los otros? —le pregunto.

—Trabajamos toda la noche, la madrugada y la mañana de hoy. Fue un trabajo muy intenso de coordinación, creo que esa fue la primera parte del éxito. La segunda fue utilizar métodos científicos.

—¿Qué métodos científicos?

—Tecnológicos más que científicos. Y si me permite que no le diga cuáles, mejor —se planta.

Murillo Karam hace una narrativa cuasi incidental de los hechos. Unos jóvenes estaban tomando cerveza, se les ocurrió asaltar una casa para obtener algo de dinero, llegaron accidentalmente a la casa donde estaban las españolas y los españoles y el robo rápido se convirtió en un asalto sexual de horas.

Caso resuelto, repite. Supongo que en el imaginario colectivo, el mito de la eficacia priista crecerá exponencialmente.

Si en la redacción me pidieran una síntesis de esta entrevista en siete palabras, diría: trabajamos toda la noche con métodos científicos.