Pareciera de pronto que en muchas partes del planeta – incluyendo nuestra ciudad- el Mundo del Revés de la genial poeta, escritora, dramaturga, cantautora y compositora argentina María Elena Walsh, cobraran vida, convirtiendo la realidad en una tiste parodia de lo que debiera ser. 

Quizá los casos más comentados de ese mundo al revés al que alude Walsh en su maravillosa canción infantil, se reflejan con toda crudeza en los linchamientos y las ejecuciones que masas enardecidas por la proliferación de la delincuencia y la falta de acción del aparato burocrático de justicia, cometen cada vez más seguido, rebasando el límite de la comprensión humana y traduciéndose en el uso de una fuerza brutal, desproporcionada y desde luego ilícita y condenable. Pero esa condena social no siempre acontece, en el caso del “Justiciero de la Marquesa” que liquidó a cuatro asaltantes, en un tramo de la carretera México- Toluca, hubo quienes lo llevaron al extremo de decir que en este país, hacen falta más ciudadanos como él y menos policías y jueces corruptos. Un tema para el debate que tiene puntas filosas.

“Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres”. 

Presuntos asaltantes asesinados a golpes y a pedradas por la turba enardecida o mujeres que se dice fueron sorprendidas robando en un mercado, son lapidadas por quienes se asumen en impartidores supremos de justicia: juicio sumario, sin derecho a defensor y mucho menos a escuchar versiones de testigos de descargo, el veredicto: la muerte o la tortura cruel, sin posibilidad de apelación. En el “mejor” de los supuestos, una humillante y vergonzosa caminata sin ropa y sin zapatos por las calles empedradas del poblado, como “escarmiento ejemplar” por haber robado la cartera de unos clientes que luego se supo pertenecían a la delincuencia organizada: su condena previa, ser prostitutas. (Caso Huatabampo, Sonora, 23 de noviembre de 2016). 

En Cancún, una sociedad lastimada por la impunidad y el agravio de la delincuencia común no entiende cómo puede decir un alcalde recién estrenado que “esta ciudad es más segura que Mérida” cuando en las calles se cometen a diario infinidad de atracos y vejaciones. Pero no solo eso, la delincuencia organizada se permite asaltar, asesinar o secuestrar a quienes tienen en la mira, a cualquier hora del día, inclusive en pleno centro de la ciudad, sin que los operativos “Barredora”, “Carrusel” y otros más de nombres decorativos, realmente funcionen. Las pregunta obligada surge sola, ¿qué tanto ha cambiado la policía municipal del 2011 a la fecha?  Recordemos que en los inicios de la administración municipal de Julián Ricalde, éste admitió ante los medios de comunicación que “la policía de Cancún está infestada hasta la médula por el crimen organizado”… 

La Gendarmería: no admiten competencia y detienen al líder de Poder Antigandalla.

La Policía estatal, la municipal y la Gendarmería – todos en su conjunto – no han sido capaces de inhibir el delito más frecuente en Cancún: el robo a casa habitación, seguido del robo a transeúntes. Y ni qué decir de los delitos de alto impacto. Algo grave sucede con la seguridad pública en nuestra ciudad y eso amenaza en convertirse en un cáncer social que podría derivar en ajusticiamientos y linchamientos extremos como los que han venido sucediendo en otras partes del país y del continente, debilitando el Estado de Derecho que sostiene el frágil andamiaje de nuestras instituciones. Por lo pronto, la Gendarmería tendrá un motivo más para anunciar su participación en el combate al crimen organizado en Cancún: el jueves por la tarde detuvieron al líder del movimiento vecinal nacional “Poder Antigandalla”, Arnie Aus Den Ruthen, por no portar una identificación legal, debido a que no pertenece a una institución gubernamental, fue acusado de usurpar el trabajo de un funcionario público. Sobra decir que Arne y sus seguidores habían despejado varias calles en donde era imposible estacionarse, por estar ocupados los espacios con conos, con piedras o con vehículos abandonados… 
“Me dijeron que en el Reino del Revés nada el pájaro y vuela el pez”…

Maribel Villegas y los patos que le tiran a las escopetas.

Pero en el mundo del Revés, no todo es crimen y delincuencia. Hay conductas que provienen del lado equivocado y que sencillamente están fuera de contexto. Los servidores públicos están para servir a la sociedad, pero hay quienes se sirven de ella para promocionarse con fines anticipados de posicionamiento electoral. Y así lo entendió el gobernador Carlos Joaquín González en un evento efectuado el jueves en la marginada comunidad de Ignacio Zaragoza, en el municipio de Lázaro Cárdenas. Ahí, una desubicada delegada de SEDESOL se embelesó más con el escenario, los reflectores y las porras que con el acto protocolario en sí mismo. En su afán por salir en la foto con el Secretario de Desarrollo Social, José Enrique Miranda, (otro que ha sido acusado de promocionarse a la gubernatura del Estado de México y cuya cabeza ha sido pedida esta semana en el Congreso por legisladores del PAN, PRD y Morena) pasó por alto que en Quintana Roo el gobernador es la primera autoridad, fuera de colores y posicionamientos en cualquiera de los tres ámbitos de gobierno, con excepción del Presidente de la República. Por eso mismo Carlos Joaquín sentenció: “Éste no es un evento de campaña; es una reunión de trabajo y de coordinación”, con atención especial para la ahijada de Félix González Canto. 

“Me dijeron que en el Reino del Revés, una araña y un ciempiés van montados al palacio del marqués; en caballos de ajedrez”…