El Nini Verde no debe llorar por un torito que ha pagado mal

Cuando un personaje de las dimensiones de Jorge Emilio González se ve envuelto en algo tan de baja estofa como El Torito es momento de encender las alarmas.

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Debemos conformar una sociedad muy pinche como para solazarnos cuando un grande de la democracia cae en El Torito, como el Nini Verde.

No es posible que por falta de compasión, humanismo y sensibilidad, los mexicanos experimenten cierto gozo al imaginar a este papaloy alfa, siendo sometido a los rigores del alcoholímetro, presionado a la malagueña justo cuando debería estar celebrando y, lo peor, humillado junto con sus guaruras, que a pesar de cuyas amenazas cual plegarias no fueron atendidas en tiempo y forma.

Alguien parece haber olvidado que cuando un don Nadie se pasa de copas es un borrachales, pero cuando se trata de un distinguido mexicano hay que entender que lo suyo no es la peda sino la cata.

Es un poco lo que ha ocurrido con Bernal Díaz del Castillo, cuya autoría de la Verdadera Historia de la conquista de la Nueva España ha sido cuestionada. De la misma manera en que hay quienes dudan de la existencia de Shakespeare (al que quieren confundir con Chespirito), tenemos investigadores afirmando que el legendario autor no pudo escribir tan portentosa obra. Pronto dirán que Bernal es como el Bryce Echenique de la historiografía y que el verdadero autor es Sealtiel Alatriste.

Como sea, cuando un personaje de las dimensiones de Jorge Emilio González  Martínez de la Colina y Bárcenas se ve envuelto en algo tan de baja estofa como El Torito que, evidentemente no es de la estatura de su vida, es momento de encender las alarmas porque algo grave ocurre.

Si nuestros más admirables símbolos del influyentismo y la prepotencia pueden ser tratados como ciudadanos comunes, hay algo muy podrido en la patria donde en mejores épocas George Emily no habría padecido tantas impertinencias. Él no debería perder el tiempo en esas nimiedades cuando lo suyo está en la organización de las más notables orgifiestas.

Lo menos que debe hacer Mancera es dejar las investigaciones sobre la hiperviolencia en el Defeño y ofrecer disculpas al nini más querido. Eso y que el amparo que le dieron le sea extendido ad infínitum por la Suprema Corte dándole trato de Florence Cassez. Ni modo que regrese sobrio a aquel infierno para Godínez y Fabiruchis. El Nini Verde no debe llorar por un Torito que ha pagado mal.

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