Hace unos días platiqué con Carlos Pavón Flores. Me confirmó que renunciaba a la dirección del Inderm para poder contender a la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI y comentaba que su intención es buscar la unidad y cohesión del partido. Lo noté contento y tranquilo, como es él.

Debo decir que recibí con agrado la noticia. No hace mucho lo conozco, apenas desde su campaña a Diputado Local, y tengo una buena impresión de él. Me parece disciplinado e inteligente, pero sobre todo, es alguien que trabajará en el mismo sentido que el gobernador. 

El PRI ha tenido cambios importantes en la percepción ciudadana, inclusive entre los militantes. Con la entrada de Rolando Zapata se dio un cambio radical a lo que habíamos visto por cinco años: jóvenes en su mayoría inexpertos; personas muy carismáticas que caen bien; políticos y gobernantes que se convirtieron en artistas con los que la gente se toma fotos y les pide autógrafos.

Ahora todo es de un perfil más bajo, el gobernador es carismático pero lejano y su primer círculo tampoco se ha preocupado por ser el alma de la fiesta, aunque, aclaro, no digo que esté del todo mal.

Dicho lo anterior, el perfil de Carlos Pavón pareciera ser poco apropiado. Confieso que he preguntado a varias personas y la gran mayoría me ha dicho que es muy serio, característica que consideran una desventaja. Personalmente creo que debemos ver más allá, si algo hemos aprendido es que la imagen no lo es todo y que la percepción se puede cambiar. Me parece justo que un militante de años, que ha vivido en los buenos y malos momentos del partido, sea dirigente. 

Sin duda no la tiene fácil, por supuesto que debe trabajar mucho en su carisma para llegarle a la ciudadanía, generar empatía y mantener la cercanía con la gente que tanto ha beneficiado al PRI. También debe trabajar mucho en la unidad, reparar las rupturas y unir a los grupos para que trabajen con una misma estrategia y bajo un mismo objetivo.

Y falta también ver quién será su fórmula y quiénes ocuparán los puestos claves. Vienen tiempos difíciles, digamos que las reformas de ley y el Gobierno Federal no han sido precisamente un sueño para la población, pero este cambio de dirigencia ya era necesario y urgente. Enhorabuena.

Otro cambio que también recibí con mucho agrado fue el del nuevo director del INDERM, Juan José Canul. Sé que va a hacer un buen trabajo porque él ha sido muy cercano a los municipios, es operativo y conoce muy bien la situación del estado. Francamente creo que ese puesto le quedó como anillo al dedo. 

Como reflexión final, ¿dónde están las mujeres? Sabemos que la secretaria general será mujer, por el horror de la cuota, pero no parecen figurar mucho en este nuevo PRI.