El otro enemigo de los soldados

En poco más de siete años han fallecido 170 militares en accidentes automovilísticos contra 90 por agresiones con arma de fuego.

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En poco más de siete años, casi el doble de soldados ha muerto en accidentes de tránsito en relación con los caídos por agresiones con armas de fuego, según ha reconocido la Sedena.

Ante esa situación, el senador Fernando Yunes Márquez, de la Comisión de Defensa Nacional, presentó un punto de acuerdo para solicitar al Gobierno renovar o mejorar la seguridad de ocho mil 778 vehículos, entre ellos Humvee, camionetas y camiones de transporte de tropas. 

El legislador argumentó que algunas unidades carecen de chasis trasero y los asientos son sólo bancas de aluminio distribuidas de tal manera que existen graves riesgos en caso de accidente o de ataque sorpresivo, por lo que el transporte de las Fuerzas Armadas debe hacerse en condiciones de seguridad, dignidad, versatilidad y comodidad.

Quizá son exageradas las apreciaciones porque cada vehículo responde a un propósito, como en el caso de los transportes de tropa tipo comando cuyos asientos deben ser abatibles para una rápida acción de embarque y desembarque.

Lo cierto es que desde que los militares participan en la lucha contra la delincuencia organizada están en la línea de fuego y  es justificado el reclamo de evitar que pongan en riesgo su vida al transportarse en vehículos y aeronaves antiguas e inseguras.

La Sedena ha informado que del 12 de diciembre de 2006 al 31 de marzo de 2014 han fallecido 170 militares en accidentes automovilísticos contra 90 por agresiones con arma de fuego, una diferencia del 48 por ciento. La Armada, por su parte, perdió una avioneta en Tamaulipas con saldo de dos muertos, y un helicóptero en Michoacán, sin fallecidos -el 10 y 14 de abril, respectivamente-, lo que apuntala el argumento del senador.

Si bien es cierto que el Ejército y la Marina cuentan con unidades antiguas, también lo es que la renovación de unidades ha mejorado en seguridad y en tecnología, pero no está de más que los altos mandos de Semar y Sedena escuchen el planteamiento, porque sí… son muchos muertos.

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Anexo "1"

El ‘monstruito’ de COMIM-4

Decían que era una ‘reliquia’ de la Segunda Guerra Mundial. Yo siempre pensé que de la Primera. El llamado ‘monstruito’ de la Compañía de Infantería de Marina número 4, en Guaymas, Sonora, era un intermedio entre Jeep y Comando, por eso también le decían el ‘minicomando’.

Feo y fuerte, el ‘mounstrito’ era utilizado para el relevo de los destacamentos o para los patrullajes nocturnos por el puerto en aquellos años de mediados de los 70. Transportaba, si  no mal recuerdo, hasta 10 marinos, más piloto y copiloto, pero el viejo minicomando tenía un defecto: era muy informal, solo arrancaba cuando quería.

Era frecuente verlo en el cobertizo habilitado como taller donde nuestro mecánico “El Fal” (Jesús Serna Velasco) y su fiel compañero “El Bronco” (Jorge Luis Coronado) se las ingeniaban para que el viejo vehículo quedara listo para sus misiones.

Pese a ser "caprichoso"  en sus arranques, a los choferes les gustaba conducirlo, pues despertaba curiosidad a su paso.

Esos eran vehículos antiguos, no los actuales que sirven en el Ejército y la Marina, aunque... quién sabe, tal vez aún conserven el viejo “monstruito”.

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