En el entrenamiento de las artes marciales, el poder mental es de suma importancia y desde la primera clase se enfoca en el alumno esa cualidad.

Partiendo de la base de que ‘somos lo que pensamos’, se le brinda a los practicantes técnicas de control mental con las cuales no sólo mejorará su desempeño en el Dojo (lugar donde se practica el karate), sino en cualquier situación de la vida.

Una persona segura de sí misma no se dará tiempo para la tristeza o depresión y aún en las situaciones más apremiantes verá el lado positivo de las cosas. Los pensamientos son poder y por lo tanto éstos deben ser positivos.

Una regla para el auténtico artista marcial, es estar alegre, la alegría activa el organismo, mejora los órganos internos y provee a los seres humanos de herramientas de auto-curación y prevención de enfermedades. Enojarse es como decirle a otra persona ‘te vas a morir’, mientras tomamos el veneno.

Un científico me decía hace unos días que no cree en la fuerza de los pensamientos porque afirmaba que no se podía comprobar que los pensamientos influyeran en la salud de las personas, le pregunte lo siguiente: ¿qué pasa si luego de comer usted recibe la noticia que ha perdido todos sus bienes y que por un error fiscal debe ir a la cárcel?

El científico respondió sin titubear, podría generarme una indigestión o algo más grave del coraje por los sentimientos y pensamientos que tales acontecimientos generarían en mí.

Y luego de reflexionar un momento me dijo ‘es increíble pero de la forma más sencilla me has demostrado que los pensamientos sí influyen en la salud de las personas, ya que si al comer estas alegre, lo más seguro es que el alimento te nutra correctamente y sea para bien.

Esta anécdota la comento para destacar la importancia de mantenernos en la línea de estar contentos, de desechar todo tipo de enojos para vivir plenamente, ya que caer en el enojo es como tomar veneno y esperar que nada pase.

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