El PRI y sus 10 ayuntamientos

Como no había acontecido desde 1999, el PRI se instaló en las 10 presidencias municipales..

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Como no había acontecido desde 1999, el PRI se instaló en las 10 presidencias municipales, una vez que desalojó con extrema facilidad a la oposición de cinco Ayuntamientos: Benito Juárez, Isla Mujeres, José María Morelos, Lázaro Cárdenas y Felipe Carrillo Puerto. 

Y si bien muchos priistas han tenido que lidiar con herencias complicadas –como ha ocurrido en Othón P. Blanco, donde Eduardo Espinosa Abuxapqui relevó a su compañero de partido, Carlos Mario Villanueva Tenorio–, los alcaldes ya están desarrollando su plan de trabajo, algunos motivados por nuevos desafíos electorales en el horizonte cercano.

Cada uno en su territorio con complejidad variable, los 10 alcaldes priístas tienen que atender agendas complicadas en las que no figura la oposición, ya que sus figuras tienen pre-sencia testimonial, respaldando y legitimando acciones de los presidentes municipales.

El escenario es sumamente complicado para las figuras de oposición que aprendieron a hacer política respaldados por las arcas municipales, con capacidad para la compra de lealtades, incluyendo a dirigentes partidistas y figuras con cierta convocatoria.

Fue así como el “Chacho” Juan Ignacio García Zalvidea alimentó a partir de 2002 su ejército de incondicionales, incorporando incluso a figuras de todos los municipios, sin que dejasen de pasar lista algunos priistas marginados y uno que otro infiltrado.

Desde entonces la oposición se acostumbró a encabezar al menos un Ayuntamiento, llegando en 2010 a gobernar cinco de los nueve, ya que no había sido creado el municipio sureño de Bacalar.

Incluso, en los procesos locales de 2005 y 2010 saboreó por anticipado el platillo del Poder Legislativo. De hecho, las malas lecturas y el exceso de confianza del gobernador Joaquín Hendricks (1999-2005) provocaron la catástrofe del PRI en gran parte de los distritos, evitando por vez primera que un diputado del Tricolor asumiera la Presidencia de la Gran Comisión.

Las condiciones actuales tienen dimensiones de pesadilla para la oposición, ya que el PRI es amo y señor en todos los Ayuntamientos y cuenta además con la gubernatura que ha estado en sus manos en forma ininterrumpida. 

Los alcaldes del PRI tienen todo a su favor para consolidarse en su zona de influencia, aunque en algunos Ayuntamientos el tema de las finanzas limitará significativamente sus acciones.

En cambio, las figuras de oposición tienen que hacer política en condiciones del todo adversas, apartados de las arcas municipales cuyo manejo explica el aplastante poderío del ex alcalde perredista de Cancún, Julián Ricalde Magaña, quien fue generoso con cientos de perredistas y panistas cuyo ayuno monetario llegó de golpe cuando cayeron los dados en la fatídica elección del 7 de julio de 2013.

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