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“18% de los internautas… afirma que compraría un producto si sus seguidores lo recomiendan”

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La semana pasada comentamos sobre un posible “tope con pared” de las redes sociales hacia su evolución en una herramienta de repercusiones reales para la sociedad, adjudicándole esta problemática al desinterés de ésta por darles un mejor uso. Esta frontera digital tiene que ver con la confianza que los usuarios dan, tanto a otros participantes, como a la red social misma. 

Robert Putman, analista de ciencia política de la universidad de Harvard, divide a estas relaciones sociales en internet en tres capas: las íntimas y de confianza, formadas por familiares y amigos; las dedicadas a compartir información de trabajo o escolares;  y las creadas alrededor de un ente exterior, por ejemplo, los seguidores de una marca, miembros de un iglesia, equipo deportivo o club social.  

Las dos primeros tipos son las más visibles en internet y sus necesidades digitales mejor satisfechas, sin embargo, son también quienes arrastran a estos medios hacia su mencionado declive, pues no encuentran forma de crear nuevos productos. Por ende, la última frontera para las redes está en el tercer estrato, mismo que hace uso de ellas por obra y gracia de la confianza. Las analíticas ClicFox e Ipsos Global demuestran que las marcas de comida, tecnología, productos de salud y belleza, y automóviles, son las que mayor seguridad proyectan en los usuarios, al grado de que 18% de los internautas encuestados afirma que compraría un producto si sus seguidores lo recomiendan. 

Esta veta no pasa desapercibida para Twitter, que apenas el pasado lunes, lanzó en modo de prueba un botón de compra “incrustado” en “tweets” de conocidas marcas, para que sus seguidores tengan acceso a las características del producto y formas de pago desde sus teléfonos inteligentes, utilizando las aplicaciones oficiales de la red social para Android e iOS. La empresa, según afirma en su blog oficial, busca aprovechar la relación de las marcas con sus seguidores, dando el necesario paso para su propia evolución, tanto social, como de mercado. 

El reto para el éxito de Twitter está en el mismo detalle que lo motivó a dar el paso: la confianza. ¿Estarán sus usuarios dispuestos a dar más que el “follow” a una cuenta? La principal duda está en el manejo de los datos personales y financieros, además, hasta el momento no está claro qué modelo de mercado podrían seguir, si el de Amazon, que se mueve como una tienda “establecida” y con reglamentos de atención al cliente, o el de Ebay, que no se responsabiliza por la calidad de los productos que en su plataforma se ofertan, pues en pocas palabras, vive en la “tierra de nadie”, pero curiosamente, eso no parece crear demasiado recelo en sus millones de usuarios. 

Aquí, el gran desafío para una de las más populares redes sociales, es: ¿podrá sacarle provecho a su imagen de confianza?

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