Los nuevos tiempos llevan consigo una serie de retos y de oportunidades que hay que aprovechar; hoy el turismo no es igual que hace 10 años, las necesidades han cambiado, y la forma en que viajamos también han cambiado.

Motivados por los cambios tecnológicos, una mayor preocupación por el impacto de sus viajes, y los viajes colaborativos, el turista de hoy (y de mañana), tiene necesidades puntuales que debemos conocer, y a las que debemos adecuarnos.

Y hablo sobre este tema porque hace unas semanas, llegó a mi un estudio de la consultora Elogia sobre el Turista 3.0 en México, que me pareció de especial interés para quienes nos dedicamos a esta noble actividad, y en especial para aquellos que promovemos el turismo responsable.

El impacto de la tecnología y las redes sociales han generado un cambio en la forma general de consumo, y ni que decir del turista; hemos pasado de las estrategias web 1.0, donde la información es estática y sin interacción, a un movimiento 2.0 donde el consumidor usa los medios digitales para informarse, pero también compartir contenidos; los canales digitales nos permiten tener una mayor interacción desde el lado del cliente con las empresas de viaje.

Pero hoy, esta tendencia de simple interacción directa entre empresa y cliente se está quedando atrás; hoy no hablamos de simples consumidores, sino de “prosumidores” o consumidores proactivos, ya que no solo consumen sino también generan contenidos, tendencias, e incluso productos propios basados en estrategias colaborativas.

El crecimiento de modelos de comunicación como snapchat, el mismo trip advisor, o modelos de negocio como Airbnb o Uber, nos enseñan que hoy, las estrategias de contenido deben ir más allá de anticiparse a las tendencias de consumo, y más bien, estar de cerca con el consumidor para co-crear tendencias de viaje.

El estudio del Turista 3.0 en México indica que hoy, aproximadamente 16.5% del turista en nuestro país cae en esta categoría, y es un mercado nada despreciable de cerca de 5 millones de visitantes, sin contar aquellos potenciales que no visitan en país, pero que están ávidos de hacerlo.

En al caso de los viajes responsables, las oportunidades de atraer este turista son amplias; la interacción que el turista puede tener previa al viaje para enterarse de las opciones poco tradicionales que hay en el mercado, o de identificar aquellos viajes que generan satisfacción personal al ayudar a una comunidad, o simplemente llegar a un sitio y contar con la asesoría de un especialista local, puede derribar las barreras comerciales que durante años han frenado los viajes alternativos.

Existe entonces un campo abierto a nuevos inversionistas sociales que pueden generar modelos de negocio basados en la tecnología, para atraer a este público que cada vez menos piensa en viajar de forma tradicional. Pero también incluso genera oportunidades de negocio para la empresa tradicional (hoteles, restaurantes, agencias de viajes), para utilizar la tecnología para generar valor agregado en su oferta.

¿Estamos preparados para satisfacer las necesidades de este turista?