En la capital del estado muchos enfrentan el mayor de los dramas, al perder sus fuentes de empleo en el Ayuntamiento capitalino y ahora en diversas instituciones del gobierno del estado, a causa de una reingeniería administrativa muy dolorosa y cuyas repercusiones sociales serán tremendas.

Porque cientos pasarán a las filas del desempleo y sin tener la opción atractiva de un sector privado que no genera fuentes de trabajo decorosas, y cuya capacidad de asimilación es muy limitada.

De hecho, miembros de la iniciativa privada han ido ocupando posiciones destacadas en el sector público, lo que confirma que la opción gubernamental es lo mejor que hay a la vista, al menos en nuestro entorno.

Y si hay una afectación muy dolorosa entre la población económicamente activa, el panorama es más negro al contabilizar a cientos de egresados de diversas instituciones de educación superior, como la Universidad de Quintana Roo y la UNID.

Porque de ambas egresan como palomitas de maíz cientos de jóvenes para quienes lo más cómodo fue estudiar la carrera de Derecho, confiando en encontrar un espacio en el regazo gubernamental. Pero la única opción en estos momentos es formar parte del equipo del candidato del PRI a la alcaldía, aunque este una vez en la silla siempre dará prioridad a su gente cercana, atendiendo a su debido tiempo al recomendado por el compadre del alma.

La nueva realidad, dolorosa a más no poder, debe obligar a los Rectores y directores de planteles de educación superior en el sur a replantear su oferta de carreras, reorientándola para cubrir segmentos que aguardan especialistas que corran riesgos y que no sean automáticos aspirantes a la posición que gestionará el segundo de a bordo en la Secretaría, quien siempre tendrá a sus preferidos.

El caminito seguro de egresar de la Universidad o del Instituto Tecnológico para saltar al tren de la burocracia ya quedó clausurado hasta nuevo aviso, dejando en el andén a cientos y cientos de jóvenes con boleto en mano.

Por cierto, la recaudación por concepto de cobro de impuesto predial puede disminuir significativamente, por obvias razones.

Baches y lluvias

El programa de bacheo ya inició en varios municipios, pero las lluvias son el invitado que echa a perder la fiesta. Lo cierto es que en Chetumal hay tramos intransitables, como el de la avenida Erick Paolo, casi frente a una gasolinera y muy cerca de una instalación del ISSSTE.

El banderazo a las tareas de bacheo tiene ese fin político que no es acompañado por la obligada efectividad, ya que esta temporada lluviosa impone sus condiciones y ante ella no hay defensa, a menos que el objetivo sea despilfarrar un recurso tan escaso.