En sólo tres años

Conseguir cargos de gobierno, curules en congresos sólo para servirse del puesto y no servir a los ciudadanos también es corrupción...

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Hace 30 años se hablaba de renovación moral en el gobierno para referirse al combate a la corrupción. Hoy se alude al tema con expresiones como “transparencia” y “rendición de cuentas”.

La complicidad entre ciudadanos y autoridades, obtener canonjías, prebendas y ventajas todavía persiste. Conseguir cargos de gobierno, curules en congresos sólo para servirse del puesto y no servir a los ciudadanos también es corrupción.

Esa es  la gran reforma que falta. No es la energética, “la madre” de todas las reformas, sino la del cambio en la ética, en la actitud personal, muy de la mano con la educación y los valores.

De nada sirven las reformas si en las estructuras de gobierno y en el desarrollo de las empresas y de las profesiones no hay sentido de responsabilidad, eficiencia, honestidad y compromiso.

Mientras no exista esa verdadera vocación de servir, de trabajar con puntualidad y sentido de productividad, no se moverá México, sino una inmensa casta burocrática, corrupta e improductiva.

En el 2011 un tsunami arrasó Japón y dejó más de 15 mil muertos, 340 mil damnificados y el peor desastre atómico por las fugas de la planta nuclear de Fukushima.

No hubo saqueos, robos, compras de pánico ni acaparamientos. El gobierno actuó en consecuencia, la población respetó lo que no era suyo y con responsabilidad reconstruyeron y recuperaron lo perdido… en sólo tres años.

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