'En un mundo sin amor, sólo habita el temor'

¡Cuántas parejas viven en el temor con falta de amor! Y lo que es peor, han olvidado la ilusión de estar juntos, de salir juntos y de divertirse juntos.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

“En un mundo sin amor sólo habita el temor”. Es una buena frase para ver cómo está nuestra relación en el matrimonio. ¡Cuántas parejas viven en el temor con falta de amor! Y lo que es peor, han olvidado la ilusión de estar juntos, de salir juntos y de divertirse juntos.

Todos tenemos fantasías sobre el amor perfecto. Algunos creemos que, por lo menos, es lo que nos merecemos. Nos imaginamos relaciones sin conflictos, llenas de calidez, comprensión, aceptación y ternura.

Perdemos tiempo comparando lo que tenemos con lo que soñamos y creemos merecer y luego nos lamentamos por lo que nos falta. Somos seres sedientos de amor, pero incapaces de dar amor.

En nuestras relaciones interpersonales deseamos ser amados y rápidamente condenamos a aquellos que no nos aman. Creemos que la vida viene con la garantía de que seremos amados. No se nos ocurre pensar que lo mucho o lo poco que nos amen está directamente relacionado con nuestra capacidad de amar.

Existen personas que siempre están de mal humor, que ven siempre el lado oscuro de las cosas, que temen los compromisos, que escapan de las responsabilidades, que se enfurecen ante la menor provocación y luego se preguntan porqué la gente nos los busca y no los ama.

¿Quién podría amar a una persona así, a menos que esté buscando la desgracia? La base del amor humano comienza a revelarse cuando dejamos de pretender que nos amen y comenzamos a dar amor. Lo hemos dicho y lo repetimos: “Tu pareja no quiere saber que la amas, desea sentir que la amas”.

Quizá nos sentiríamos menos frustrados si aceptáramos el hecho de que no existe el amor perfecto en este mundo, sólo el amor humano. Entonces podríamos aprovechar toda la energía en apreciar y aumentar el amor que ya tenemos.

Había un hombre que buscaba a la mujer perfecta y cuando la encontró ella también estaba buscando al hombre perfecto; es de entenderse que nunca se casaron. Todos somos imperfectos, pero somos perfectibles.

No sólo debemos de respetar la necesidad de crecer que tiene nuestra pareja, sino también alentarla, aunque corramos el riesgo de perderla. Parece irónico, pero la única forma de crecer unidos es permitir que cada uno crezca por separado.

La idea de que para que dos personas conserven el amor deben de fusionarse por completo es falsa. La imagen de encender el fuego juntos resulta acogedora hasta que nos quedamos sin combustible, porque ninguno de los dos salió a buscarlo.

Por el contrario, cuando lo hacemos, regresamos y encontramos el fuego vivo capaz de calentarnos a los dos.

Leí esta frase y la comparo contigo:“Unirnos es un comienzo. Mantenernos unidos es un progreso. Trabajar unidos es un éxito”.

Lo más leído

skeleton





skeleton