El enano de Uxmal (1)

El sonido del tunkul y una sonaja se escuchó en todo el territorio de Uxmal y fue la señal para que el rey cediera el poder real.

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Hubo una vez en Kabah una vieja hechicera que no podía tener hijos, pero quiso tener uno. Para ello tomó un huevo de ave, aunque Souza Novelo dice que era de tortuga, lo cubrió con un paño y lo guardó en un rincón de su casa. 

El enano sospechó que su abuela escondía algo en el fogón, pues casi no se separaba de él. Un día que la abuela fue a buscar agua, el enano buscó debajo del fogón y descubrió un tunkul y una sonaja. Los tocó y el sonido de ambos instrumentos se escuchó en todo el territorio de Uxmal.

Los sacerdotes de esa ciudad le dijeron al rey que esa era la señal para que cediera el poder real. Pero el soberano no quería dejar el trono. Así que envió a sus emisarios para buscar y presentar al que había tocado los instrumentos. Le trajeron al enano y le dijo que para ser rey debía pasar dos pruebas. El enano aceptó, sabía que su abuela lo ayudaría con sus poderes (continuará).

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