Enhorabuena
Yucatán es uno de Estados privilegiados de no tener los problemas de violencia que tienen otras entidades del país.
El gobierno federal ha pretendido reducir hasta donde sea posible la información mediática de las actividades de la delincuencia organizada, con el fin de disminuir el ambiente de inseguridad que estos actos provocan en el país, pero la gran actividad delincuencial evita y con mucho conseguir este propósito; tan sólo el fin de semana pasado, en Tampico, hubo 14 asesinatos.
En Michoacán continúan deteniendo delincuentes incluyendo al secretario del Gobierno actual, lo que confirma que se requiere la complicidad de la autoridad para que este flagelo pueda prosperar.
Muchos estados del país continúan padeciendo los estragos de esta complicidad, pese a los esfuerzos de la Policía Federal, pues las estatales y municipales están infiltradas y colaboran con los delincuentes, y muchos de estos elementos que han sido despedidos por no pasar las pruebas de confianza de inmediato pasan a formar parte de los “malos”, donde reciben mejores salarios y muchas veces también la muerte, incrementando aún más los actos delictivos.
A diario, a pesar de los esfuerzos del gobierno, seguimos enterándonos a través de los medios de comunicación de la irrefrenable delincuencia en la mayor parte del país; algunos, muy pocos estados, tienen la fortuna de tener una tasa muy baja de delitos. Yucatán es uno de esos privilegiados estados y de esto pueden darse muchas explicaciones: la situación geográfica al no tener vecinos al norte, que las familias de los jefes de los carteles viven entre nosotros y por eso se respeta al estado, etc.
Sin embargo, mucho tiene qué ver nuestra policía y hay que darle crédito, pues, aunque con raras excepciones, podemos decir que cumple y cumple bien, y eso podría ser una evidencia de la no complicidad con la delincuencia, nuestras bajas tasas de delitos graves así lo demuestran; los politólogos de café afirman que grupos delincuenciales se aliaron con mandos de la policía, pero, si siguen controlados como hasta ahora, no importa que lo sigan diciendo.
Los medios impresos y electrónicos ya nos han acostumbrado a todas esas malas noticias, por eso informar que cuatro oficiales de la policía concluyeron su preparación en la licenciatura en Derecho es realmente una noticia poco común y esperanzadora; ellos son de los mandos medios que perfectamente podrían optar por la extorsión y la complicidad, pero han ido por el camino del esfuerzo y del trabajo, que es muy meritorio porque lo han conseguido sin suspender sus actividades laborales.
Ahora toca a la autoridad promover y estimular que más oficiales continúen superándose, pero sobre todo premiar el mérito, para evitar el amiguismo, influyentismo y nepotismo que no sólo generan corrupción e impunidad sino también inseguridad.
Enhorabuena por estos esforzados policías, esperemos que su ejemplo se contagie, para el bien y la tranquilidad del Estado de Yucatán.