Entierros en un basamento maya de Mérida (1)

En el actual fraccionamiento Las Américas, se hicieron excavaciones en el asentamiento prehispánico, registrado como Sitio 600, y se descubrieron 41 entierros humanos.

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Hace algunos años realizamos excavaciones arqueológicas en el fraccionamiento Las Américas. 

Antes de ese complejo habitacional que hoy conocemos los terrenos pertenecían a plantíos de la antigua hacienda San Antonio Hool, ubicada en el norte de la ciudad de Mérida.

Pero antes del establecimiento de las haciendas en el norte de Yucatán, esta región estaba ocupada por un gran número de asentamientos prehispánicos con una antigüedad que se remonta al preclásico y que también puede ser contemporánea a Dzibilchaltún. 

Hicimos las excavaciones en el asentamiento prehispánico, registrado como Sitio 600, ubicado en el hoy fraccionamiento Las Américas.

Durante las exploraciones de un gran basamento que medía cuarenta metros por lado y entre 1 y 1.8 m de altura, empezamos a registrar rasgos arquitectónicos prehispánicos; al profundizar la exploración en uno de los extremos recuperamos dos enterramientos prehispánicos con vasijas que formaban parte de las ofrendas comunes al enterramiento.

Conforme avanzábamos en las exploraciones seguían apareciendo osamentas humanas, hasta que excavamos totalmente la estructura prehispánica. 

Entonces teníamos 41 entierros humanos que conservaban su posición anatómica, dispuestos en cuatro hiladas de oriente a poniente y dos hiladas de norte a sur y dos cistas en la esquina suroeste que nos daban un total de 43 entierros.

Ante la cantidad de restos humanos tuvimos que inventar un método para dibujar y hacer topografías con precisión de cada uno de los entierros, ya que éste es un factor de mucha importancia para poder entender e interpretar los datos in situ como: el sexo, la edad, sus enfermedades. 

También los materiales asociados a las osamentas son muy importantes para determinar antigüedad y estatus social de los individuos.

Toda la labor de registro y levantamiento se tenía que hacer con precisión y de manera rápida, ya que la exposición al sol podía pulverizar las huesos y  se perderían datos que son de suma utilidad para nosotros y los antropólogos físicos que son los especialistas que obtienen mucha más información con equipo de laboratorio.

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