Entre el montaje y la liberación está el detalle de distinción

Digo, sería una desgracia que tal talento no sea reconocido por Hollywood, La Raza y varios más.

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Con la decisión tomada por la Tremenda Corte, no solo se ha logrado que el montaje policiaco y los michoacanazos se eleven a grado constitucional —lo cual redundará en su necesaria profesionalización—, también es un logro más profundo: que en caso de requerirlo, Dios no lo quiera, hasta García Luna Productions podría aspirar a un amparo directo. Sobre todo porque ahora con la Liberté, égalité, fraternité de Florence Cassez (que a estas horas debe estar cantando en París como la Piaf “Non, rien de rien, je ne regrette rien”, o lo que es lo mismo “todo lo he hecho a sabiendas y no me arrepiento de nada”, diría Chavela Vargas), seguramente la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas debe estar buscando la manera de incluir al ex titular de la SSP en los premios Oscar, en la categoría de Mejor puesta en escena.

Digo, sería una desgracia que tal talento no sea reconocido por Hollywood, La Raza y varios más. Y de hecho es muy probable que dado el éxito de su película Lincoln, donde exalta al héroe americano, Steven Spielberg le rinda un homenaje a don Genaro como si estuviera entre Méliès, Eisenstein, Tarantino y El Güero Castro.

Ante tamaña alegría, que sin duda nos hermana de nuevo con Francia, llama la atención que una de las víctimas de la banda de secuestradores de la que Florence no sabía nada aunque estuviera a medio metro de sus centros de operación, afirme que “somos un país de porquería”.

Tan no lo somos que, al ver el convoy con el que la francesa fue transportada al aeropuerto (neta, solo faltaban el Batimóvil y que Peña Nieto le prestara el avión presidencial), queda claro que en materia judicial no nos saldrán ni las investigaciones ni el acopio de pruebas ni el apoyo a las víctimas, pero los traslados nos salen de pocas tuercas.

Aunque es difícil que la Cassez no supiera a qué se dedicaba su novio, hay que ser comprensivos, pues hay muchos mexicanos que a pesar de años de casados no saben que su chica es teibolera.

Así, la Florence ya se fue por Air France en primera clase, dejando un precedente que ya debe estar evaluando hasta El Mochaorejas. Hoy todos tienen derecho a un amparo directo. Hasta Calderón. Entre el montaje y la liberación está el detalle de distinción... de la justicia mexicana.

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