Uay es verdaderamente triste todo lo que está pasando en el mundo, leía un artículo de don Martiniano el lunes pasado, mientras reposaba en mi hamaca, después de un rico caldo que me tomé en un cubo del 8, acerca de este terrible suceso de los atentados contra Francia, y las reacciones que se generaron en todo el mundo, y cómo hasta eso genera más violencia.

Digo lo anterior porque con motivo de los ataques mucha gente en el Facebook se solidarizó con los galos, poniendo un filtro con la bandera de Francia en sus respectivas cuentas y derivó en dos cosas: la gente que los siguió haciendo lo mismo, y la gente que se puso a recriminar. ¿Por qué no actúan de igual modo cuando pasan cosas así en México, sobre todo por los desaparecidos de Ayotzinapa? 

Samare, ¿por qué todo les hace daño? Si alguien quiere poner un filtro en su Facebook, qué tiene, hay que respetar la libertad de las gentes; lo que sí es una realidad es que la gente debe informarse del pasado que originó el presente.

Porque eso no es de ahora, es de atrás tiempo, y es una lucha constante por el petróleo; sin duda, como siempre, su majestad el dinero hace que el mundo se despedace a sí mismo.

¿Dónde está el que dijo que el dinero no lo es todo, para que se lo manden a los jefes de las grandes naciones y se los hagan entender?

Vivimos en un mundo donde el ser humano es depredador de sí mismo, la gente repudia en todo el mundo la muerte de 120 franceses y no sé cuántos heridos, pero echando la vista al otro lado de la moneda son más de 200 mil sirios los que han fallecido en esta guerra absurda, y un porcentaje mayor han sido niños inocentes.

Entre muertos no hay clases sociales. Oremos todos por la paz, porque con guerra no llegamos a nada, recuerden lo que dijo Gandhi: “Ojo por ojo, y el mundo quedará ciego”,  masinó.