Envejecer y madurar

No nos queda mucho tiempo. Si queremos terminar nuestra historia lo más exitosamente posible debemos madurar todos los días.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Todos los días envejecemos, no siempre maduramos. Envejecer es caminar a la cúspide de la vida. No nos queda mucho tiempo. Si queremos terminar nuestra historia lo más exitosamente posible debemos madurar todos los días.

Cada etapa del desarrollo humano, dice E. Erickson, es como un todo que, si no madura adecuadamente en su momento, tendremos dificultades para madurar en la etapa siguiente.

Pensamos que envejecer es sinónimo de madurar y esto no suele ser muy exacto. Para madurar mientras envejecemos, debemos aceptar y adaptarnos a los cambios y centrar nuestra capacidad y experiencia a favor de nuestra autoestima y calidad de vida. 

Madurar –a fin de cuentas- es responsabilizarnos de nuestros estados de ánimo, decisiones y reacciones. Todos pasamos por momentos y situaciones complicadas que a veces se nos salen de control, pero el hecho de ser responsables hasta en los momentos más difíciles nace de la decisión personalísima de empoderarse a uno mismo, de madurar, que significa atribuirnos la responsabilidad total del manejo y consecuencias de nuestras decisiones y comportamientos.

Jovencitos, la próxima veremos tres elementos fundamentales que debemos cuidar para empoderarnos y hacernos responsables de nosotros mismos, para lograr no sólo envejecer, sino madurar mientras envejecemos.

Lo más leído

skeleton





skeleton