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Hoy la gran mayoría de los proyectos son multidisciplinarios e interdisciplinarios, lo cual agrega complejidad...

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La inmensa mayoría de los consejeros y asesores de negocios parece coincidir en que el trabajo en equipo es una de las herramientas más efectivas para incrementar la productividad, la eficiencia y la calidad dentro de una empresa. Sin embargo, hay que tener mucha cautela y dedicar tiempo, inteligencia y astucia al definir el modo o procedimiento con que esto ha de hacerse.

Napoleón decía: “Si quieres que algo sea hecho, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión”.

En las escuelas, desde la educación preescolar, hasta los grupos de un doctorado, nos pasamos toda la vida haciendo trabajos “en equipo”, y así el trabajo se reparte entre quien se encarga de comprar la cartulina y las estampitas, hasta quien escribe los textos “porque tiene buena letra”, o cual de los miembros se encargará de la exposición oral. Pero nunca he observado en las instituciones educativas que, además de establecer que el trabajo será realizado “en equipos”, se ofrezca a los alumnos, de manera específica y dedicada, cómo debe o cuál es la metodología óptima para realizar correctamente un “trabajo en equipo”.

Y por lo general, el trabajo termina haciéndose de una manera muy diferente a como en realidad ocurre en la vida diaria en una empresa. El trabajo es repartido entre los integrantes, más o menos intentando que el esfuerzo sea equitativo. Pero en las organizaciones la estructura es jerárquica y existen niveles de autoridad, que determinan el modo en que se aportan las partes de un proyecto y se toman las decisiones.

Cuando la tarea es muy especializada y específica, aunque de éstas cada vez hay menos, los equipos de trabajo deben ser pequeños, y aunque las aportaciones de los miembros son todas importantes, debe respetarse una línea de mando o liderazgo.

Hoy la gran mayoría de los proyectos son multidisciplinarios e interdisciplinarios, lo cual agrega complejidad, ya que para lograr un resultado exitoso hay que saber sumar las aportaciones de los especialistas y otorgar el peso específico justo a cada área, tarea que igualmente debe recaer en un líder de proyecto, pero que sea más un integrador y no un simple dictador de órdenes. Demanda de quien encabeza el equipo una visión amplia de las cosas, un conocimiento más humanista y menos tecnicista. Los demás miembros del equipo deben ser capaces de aportar sus conocimientos y experiencia, siempre enfocados en el resultado final que se persigue, y permitir la guía del coordinador con una actitud pro activa y fomentando el compañerismo.

Pienso que en las aulas debe mostrarse el modo correcto de trabajar en equipo, de un modo profesional y con metodologías probadas, para que cuando los profesionistas se integren al mercado laboral ya cuenten con esa valiosa habilidad que llevará a las empresas en donde colaboren por la senda de la eficiencia, la calidad y el éxito.

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