Es tiempo de mostrar fuerza

Bastaron un par de semanas de este naciente 2017 para poner en jaque al gobierno estatal que encabeza Carlos Joaquín González...

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Bastaron un par de semanas de este naciente 2017 para poner en jaque al gobierno estatal que encabeza Carlos Joaquín González, que no ha tenido respiro desde el pasado lunes cuando el estado cobró fama negativa internacional por una masacre en un bar de Playa del Carmen, y un día después, un ataque bien organizado con todo el estilo de la delincuencia organizada contra la Fiscalía de Cancún.

A pesar de que el secretario de Gobierno, Francisco López Mena, declaró a los medios que estos dos golpes consecutivos en el corazón del turismo quintanarroense no los tomaron por sorpresa y que respondieron de acuerdo a los “protocolos y procedimientos” que amerita el caso, lo cierto es que nadie se esperaba la inédita escalada de violencia que se está viviendo en el norte de la entidad.

También es cierto que las autoridades no han estado a la altura para responder a la población. Apenas este jueves el nuevo fiscal, Miguel Ángel Pech Cen, reconoció que no tenían a ningún detenido, pues resultó que los presuntos involucrados capturados tanto en Playa del Carmen como en Cancún, no tuvieron nada que ver en el par de sospechosos atentados.

En resumen, la Fiscalía dijo –hasta el momento en que se escribió esta columna– que no tienen nada ni a nadie. Nada. Punto.

Esto contrasta con la postura que asumió el gobernador Carlos Joaquín González tras el ataque a la Fiscalía, cuando difundió un mensaje a la población en el que prometió dos cosas: que se dará con los responsables y serán castigados, apuntando con dureza a la administración del ex gobernador Roberto Borge Angulo, al que acusó sin señalar de estar, de una manera u otra, detrás de esta ola de violencia.

Y Carlos Joaquín tiene razón. No digiero la versión que circula en redes de que estos ataques hayan sido perpetrados y ordenados por el “maloso” ex gobernador, pero sí fue el absoluto responsable del crecimiento y consolidación de grupos criminales que se apropiaron de los polos turísticos quintanarroenses.

La jugosa industria turística de nuestro estado siempre ha sido un imán para los delincuentes de alto calado, y desde el gobierno de Mario Villanueva Madrid los grupos criminales más importantes tenían presencia en el estado, aunque con más bajo perfil.

El cáncer hizo metástasis en el sexenio de Roberto Borge por la incapacidad de su gobierno de limpiar la casa en las corporaciones policiacas, infiltradas hasta la médula por los malandros.
El ex gobernador es responsable por omisión, pero el nuevo gobierno no puede ni debe cometer el mismo pecado. 

El gobierno de Carlos Joaquín González está siendo puesto a prueba, tanto en la arena política, como en la social, y no debe mostrar resquicios de debilidad, porque cada vulnerabilidad será aprovechada por sus enemigos.

Es tiempo de mostrar fuerza, y el gobernador está consciente de ello. Así lo hizo sentir en su mensaje, pero al parecer esto sigue sin ser entendido por buena parte de sus colaboradores que están actuando con la misma pasividad e ineficiencia que los que se fueron.

Es tiempo de mostrar fuerza, y la única forma de hacerlo es llegando al fondo del asunto y aplicando todo el rigor de la ley a los responsables; de hacer que por fin caminen los expedientes contras los ex funcionarios corruptos, pues el desprestigio social no es sanción suficiente.

Es tiempo de mostrar fuerza, y de no doblegarse ante la delincuencia que, sin duda, seguirá amagando con querer imponerse a la fuerza del estado, como hasta ahora lo han hecho.

Es tiempo de mostrar fuerza, y dejar las simulaciones, verdades a medias y decisiones tibias de lado, para actuar con el rigor que el estado requiere en estos tiempos violentos.

La sabiduría popular indica que todo tiende a empeorar antes de mejorar. Quizá eso es lo que está ocurriendo en Quintana Roo, donde a pesar de todo, los ciudadanos mantenemos la confianza de que el orden y la justicia al final triunfarán.

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