Siguiendo con el tema de los famosos espolones, déjeme comentarle que los programas para atender la erosión de nuestras playas han tenido varias etapas, incluso varios promoventes y, por si faltaba algo, varios responsables. 

Un programa integral de recuperación de playas abarca varias etapas: la planeación, el diseño, las acciones a emprender, la realización de esas acciones y finalmente la valoración o evaluación de la efectividad de dicho programa.

La planeación comprende una etapa llamada de escritorio, en donde se establecen las necesidades del proyecto dando inicio con la elaboración de los estudios respectivos, cuyos resultados dan la pauta para programar esas acciones.

En nuestro Estado, la falta de estudios de la zona ha complicado en gran parte la ejecución de programas que den un resultado efectivo para la solución de este problema.

La arcaica solución de poner estructuras de palos, piedras y alambres para formar una barrera que retenga arena ha propiciado un aceleramiento en el proceso erosivo de la costa dejando en algunos puntos del litoral zonas sin arena entre las casas y el agua, incluso el abatimiento de las olas pega directamente en los predios ubicados frente al mar. 

De 2005 y hasta principios de 2006, el gobierno estatal, dentro de su programa de recuperación de playas, llevó al cabo el retiro de varias estructuras, entre las que se encontraban rampas, muelles, bardas y espolones; asimismo, vertió una gran cantidad de arena para el relleno de poco más de 25 kilómetros de costa, dando prioridad a los puntos más críticos que se agudizaron luego del paso del huracán Gilberto y en tiempo más reciente el paso de Isidore, que dejó daños muy considerables en la costa.

En julio de 2007 entró en vigor el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio Costero de Yucatán (POETCY), instrumento técnico elaborado por especialistas de diversas instituciones de gran prestigio académico. 

El POETCY incluye la diversificación de la zona costera por medio del establecimiento de las llamadas Unidades de Gestión Ambiental, así como las restricciones para el uso y aprovechamiento del territorio costero, llegando a contemplar una revalorización de los recursos naturales que ahí se encuentran, planteando restricciones para favorecer la preservación del hábitat natural incluyendo flora y fauna del sitio.