Secuestro de niños de un kínder en Morelos, aparecen asesinados los jóvenes secuestrados en Zapopan, en Guerrero los plagiarios hacen su agosto, candidatos balaceados o levantados, uno de los dueños del Heaven aparece calcinado… ¿pues no que ya se había ido Calderón y llegaba el Estado de derecho, que ya todos íbamos a estar seguros y que las tasas de maldad estaban a la baja como el superpeso?

Justo cuando se pensaba que el único reclamo que se le podía hacer al retorno del PRI era que consigo habían regresado también los ratones verdes, de pronto veo con tristeza que Peña y su equipo comienzan a cruzazulear gachamente. Cuando ya nos habíamos creído que México era tan seguro que ya hasta se había vuelto casi tan aburrido como Suiza. Si no fuera por las broncas en el PAN y los melodramas rancheros de Los Chuchos perredistas, además de la zapatería fina de Granier y los gongorismos animados de ayer y hoy, ya nos podríamos haber declarado país civilizado.

Por eso es que extrañó la última declaración del Preciso. En vez de asegurar que habría cero tolerancia a la intervención o manoseo de funcionarios federales en las elecciones por venir (claro, no dijo nada de los funcionarios locales que, habida cuenta de las denuncias, se despachan con la cuchara grande), tendría que haber dicho, con la misma enjundia, que no se toleraría más violencia tipo sexenio anterior que parecía homenaje los hermanos Almada.

Siquiera para que esas formas gore de la violencia no parecieran como sacada de los delirios guerreros de Jelipillo y del Inspector Poiré que no Poirot. Ya se sabe que con cualquier pretexto se sacan los soldados de los cuarteles. Ya no más nos falta que se dé comienzo a la temporada de michoacanazos.

A lo mejor desde el consulado en Milán el esqueleto de la señora Morales está asesorando al Gelboy.

Por lo menos la Presidencia no respondió a las críticas como hizo un góber que dice que es de izquierda, el nada grato Graco Ramírez que mientras Morelos hace ver seguro a Siria, le dijo a los votantes: “Ojalá tuviera una varita mágica para resolver los problemas”, porque “está canijo” combatir la inseguridad.

Por esa y otras cosas más, hasta el espía que viene del frío, Mr. Snowden, se negaría a venir a México si le ofrecieran asilo. Se sentiría más protegido en Fort Bragg.

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