'Estamos en eso'

Esta frase dicha por un servidor público tiene un efecto tranquilizador y de sosiego, pues nos hace saber que el personal está haciendo todo lo posible por darte la atención que te mereces.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Algunas lenguas viperinas y bífidas también dirán que el “Estamos en eso” del procurador Murillo Karam, dicho en la conferencia de prensa que ofreció con toda serenidad y comedimiento sobre el caso Ayotzinapa, es el nuevo “¿Yyyyyyy, yyyyy?, de Lucerito, o la versión políticamente correcta del “Yo no meto las manos al fuego ni por ti, compañero”, de Navarrete, o el modelo más sofisticado del “¿Y yo por qué” del expresichente Fox, pero no.

Antes, al contrario, es una útil herramienta argumentativa para explicar a los hombres necios que solo ven complósen Ayotzinapa sin razón, que se está trabajando conforme a derecho.

En México la frase “estamos en eso” dicha por un servidor público tiene un efecto tranquilizador y de sosiego, pues nos hace saber que el personal está haciendo todo lo posible por darte la atención que te mereces. En este caso la frase de marras nos devuelve la fe en la autoridad y nos da la certeza jurídica de que en el momento menos pensado, por ahí del 2019 en el Apocalips Blade Runner, sabremos el paradero de los 43 chicos normalistas

La cosa es tener paciencia, pues la investigación tiene sus propios ritmos, protocolos y espacios de maniobra. Así que no hay que dejarse llevar por la desesperación y el encono, como los maestros y normalistas que incendiaron el palacio municipal de Iguala solo porque a un mes de desatado el infierno, lo único que se sabe es que no se sabe nada.

No por mucho incendiar amanece más temprano. 

Aunque el parte informativo de la PGR, en efecto, no revela nada que realmente no se hubiera conocido a través de investigaciones periodísticas, se puede colegir que la villana de esta película, papá, es la esposa de Joe The Killer Abarca, María de los Ángeles Pineda.

Ella, que anda huyendo como Lola, parece la combinación de Ma Baker, lasPoquianchis, la Mataviejitas, la Condesa Bathory y la señora Ceaucescu.

Y que ella, emparentada con miembros de Guerreros Unidos, controlaba las fuerzas oscuras de la zona, pero sobre todo mangoneaba a su marido que, si no hubiera sido tan mandilón, quizá habría contenido los furores de la doña y, antes de hacer lo que hicieron, lo hubieran pensando muy bien.

Y todavía se quejan de la #LadySSP de Veracruz, que nomás andaba en bicicleta biquini.

Como quiera que sea, no se vale que hayan hecho enojar al procurador con alevosía sobre si ya habían identificado los cuerpos de las fosas… o sea, ¿cuál es la prisa? ¿No ven que están en eso?

Lo más leído

skeleton





skeleton