Están descubriendo tesoros en Cozumel

Cozumel presume al mundo bellezas únicas, difundidas desde hace años gracias a la incesante promoción...

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Cozumel presume al mundo bellezas únicas, difundidas desde hace años gracias a la incesante promoción. La mayoría de éstas permanece a la vista, pero en sus extrañas guarda otras tantas que incluso son más importantes. 

Muchos sugieren que para conocer el mejor tesoro de la isla es necesario un traje de buceo, refiriéndose a la exploración simple del arrecife; pero hay mucho más que eso: especies que representan una auténtica riqueza submarina, capaz de cambiar la historia del mundo. Así de maravilloso.

La “isla de las golondrinas” (de unos 48 kilómetros de norte a sur y 14.8 Km. de este a oeste) alberga especies todavía desconocidas para muchos, las cuales apenas están siendo investigadas por expertos en espeleología, la ciencia que estudia las cavidades subterráneas. Desde hace tiempo se dan cita aquí y cada vez con mayor frecuencia decenas de buzos especializados, arqueólogos, biólogos marinos y otros especialistas para replantear parte de la historia bajo el agua. 

Se sabe, por ejemplo, que mediante el buceo de cavernas han encontrado una osamenta de lo que llamaron “caballo americano”, una especie extinguida hace un millón de años aproximadamente. Asimismo, han hallado una estrella de mar desconocida hasta hace años y un camarón con pigmentación distinta al resto de los crustáceos, lo cual podría modificar el estudio del pasado.

Recientemente, un buzo espeleólogo radicado en Cozumel declaraba que en la zona conocida como “El Aerolito” han hallado gran cantidad de crustáceos cavernícolas, por lo que urge proteger estos espacios, principalmente en ese lugar, por su cercanía a la Caleta y a la Marina Fonatur, ya que el riesgo de contaminación por filtración es permanente.

No es para menos, pues los diversos estudios están arrojando resultados espectaculares. Si se logra tal protección, podrían seguir identificando y hasta conservar la fauna marina prehistórica que ofrece más conocimiento acerca de la evolución, un asunto que contribuye no solo a la ciencia sino también a ese tipo de turismo.

En tal sentido, conviene desde ya pensar en establecer un Área Natural Protegida Municipal, administrada por el gobierno local, para prohibir las construcciones en los alrededores, pues en caso de daños, estos serían irreversibles. De esta manera, el crecimiento natural, la atracción masiva de especialistas y la afectación que siempre es latente, obligan a “blindar” vastas extensiones del territorio cuanto antes.

Lo mejor de todo es que en paralelo a dicha labor científica en cuevas, cenotes y arrecife, se fomenta el turismo de aventura, el perfil que tienden a potenciar debido a que Cozumel posee los atributos necesarios para desarrollar actividades al aire libre en cualquiera de sus extremos. 

De hecho la isla cuenta ya con cenotes donde el espeleobuceo es una actividad turística organizada y sustentable, y en los que especialistas trazan las rutas para locales o visitantes con experiencia en el buceo y con deseos de practicar la disciplina. 

Es que si los sitios subterráneos abren aún más la posibilidad de diversificar la oferta de aventura en uno de los más valiosos destinos de México, no hay tiempo que perder en su protección.

Las administraciones municipal, estatal y federal, así como los empresarios, los turisteros y los especialistas, deben desde ahora idear propuestas para cuidar esta riqueza antes de que sea tarde.

Cozumel sigue sorprendiendo al mundo y eso debe ser motivo de orgullo para sus habitantes y, en general, para todos los quintanarroenses.

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