Evidencias de rituales en Sayil y Labnah
Se encontraron evidencias en el Palacio Norte, de fuego controlado que afectó el zócalo del edificio y en el desprendimiento de varios de los sillares.
Los depósitos relacionados con rituales en Sayil y Labnah son datos que recuperamos entre las temporadas de trabajo de campo realizadas en 1990 y 1991, éstos proceden del tercer nivel del Palacio Norte, uno de ellos se encontró abajo del derrumbe del cuarto 67 y consistió en cenizas, evidencias de fuego controlado que afectó el zócalo del edificio y en el desprendimiento de varios de los sillares del zócalo justo en los vanos.
Durante las excavaciones se encontraron algunos fragmentos de cerámica doméstica, pero no se reportaron piezas completas.
El segundo depósito se halló en la esquina noreste de la terraza del Palacio, contenía una acumulación de ceniza y tierra quemada entre la que había una gran cantidad de pequeños elementos circulares de estuco modelado, posiblemente representando cuentas de jade, así como partes de esculturas antropomorfas, que evidentemente fueron depositadas de manera intencional allí.
La cerámica era de carácter doméstico y no eran piezas completas.
La información de Labná fue recuperada durante 1991 y 1992, cuando se efectuó la restauración del primer nivel del Palacio.
Dos de estos depósitos fueron hallados en los rincones de la escalinata principal del patio central y en la del cuarto 28; en ese entonces se documentaron como basureros, contenían fragmentos de cerámica, herramientas rotas e incompletas y varios elementos arquitectónicos del mismo edificio.
Durante esas exploraciones llamó grandemente nuestra atención que la mayoría de las escalinatas, así como las banquetas de los cuartos, no estuvieran completas, pero percibimos este fenómeno como producto del deterioro natural y en el caso de la escalinata que conduce al segundo nivel, como parte del saqueo.
Asimismo, hallamos elementos decorativos que no pertenecen a ningún edificio conocido de Labná y no son típicos de la decoración Puuc, pues semejan grandes hojas, que, a juzgar por su espiga, debieron ir colocados en la parte inferior de un muro.