¿Existe la media naranja? (1)
En algunas algunas situaciones de pareja escuchamos: “YO LO VOY A CAMBIAR”, pero nadie cambia si no desea cambiar.
La semana anterior le anticipé que hablaría de la relación de pareja, empezaré preguntándole: ¿existe la media naranja?
En el proceso de las relaciones humanas hay dos momentos importantes en la formación y consolidación de una pareja. El enamoramiento y el mantenimiento del vínculo.
Sin duda todos recordamos haber estado alguna vez enamorado(a)s, tiempo en el cual nos fijamos en alguien por alguna razón evidente o no; de hecho, tal vez hayamos dicho o escuchado: pero, ¿qué le ves? Como estamos enamorados, miramos al otro(a) con ojos enamorados, y lo vemos casi como un ser perfecto, sin defectos (a pesar de lo que la familia o los amigos nos señalen), más aún si somos correspondidos, situación que se refuerza por procesos neuroquímicos durante el enamoramiento.
En ocasiones, a pesar del reconocimiento de “detalles”, como puede ser la falta de respeto, la violencia sutil que se sabe puede estar presente desde el noviazgo, por mencionar algunas situaciones, escuchamos: “YO LO VOY A CAMBIAR”, pero nadie cambia si no desea cambiar.
No pocas veces estas parejas (gay, lésbicas, heterosexuales), como historia de vida, presentan en sus familias de origen estas situaciones y de manera inconsciente repiten estas pautas en sus relaciones de pareja, porque miramos a la pareja con ojos de enamorados, esto es, con los ojos vendados, lo que nos impide reconocer que nuestra pareja no es un ser perfecto y como ser humano tiene muchas virtudes pero también defectos que el enamoramiento no nos permite ver, o que no queremos ver, porque queremos con los ojos vendados. ¿Podemos amar con los ojos abiertos? Intentaré responder esa pregunta la próxima semana.