Expectativas cumplidas

Si algo ha caracterizado al gobierno de Rolando Zapata Bello ha sido sin lugar a dudas la transparencia

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En el lenguaje de los hechos, más allá de los discursos, habiendo transcurrido los emblemáticos primeros 100 días de gestión, si algo ha caracterizado al gobierno de Rolando Zapata Bello  ha sido sin lugar a dudas la transparencia  que imprime a su administración, la cual se ha convertido así en su estilo personal de ejercer el poder.

Lo que significa no sólo que ha superado el primer reto que en lo personal se había fijado, de no dejarse transformar a consecuencia de la gravedad de su encargo, sino que también  la sociedad ya sabe qué debe esperar y  qué no debe esperar de su mandato y que el gobernador hará exactamente lo que ha ofrecido y no otra cosa.

Lo que representa una gran ventaja para cada uno de los sectores sociales, pues  si por un lado no se permite el “beneficio” de crear falsas expectativas sobre propuestas y proyectos que no se pueden realizar, apartándose de la demagogia, por el otro, garantiza que no se conducirá con subterfugios  o artimañas  para incumplir sus compromisos.

Transparencia que es portadora de uno de los activos más preciados para los servidores públicos: la credibilidad,  que no es otra cosa que la confianza de la gente en la palabra y las intenciones del mandatario.

Si bien parece transgredir las prescripciones de los primeros estudiosos de la política, orientales y occidentales, que aconsejaban sobre la necesidad de engañar al contrincante,  la  credibilidad resulta ser uno de los principales objetivos del sistema democrático, lo mismo que la implantación del Estado de Derecho.

Porque un requisito indispensable para la plenitud democrática es el establecimiento de reglas claras y parejas para todos. Otro es la claridad de propósitos.

Y es ese el signo de la primera etapa del régimen actual, lo que se ha dejado ver en sus relaciones con los demás poderes, en especial con el Legislativo, donde las leyes, en especial las de reordenación de la estructura gubernamental y las relativas al gasto público, habiendo sido subsanadas convenientemente las dudas, han merecido el acuerdo y la unanimidad.

Igual ha sido en su trato con los diversos sectores de la población; con los más necesitados al encabezar un programa de combate a la pobreza que se aplicará en los municipios con mayor marginación; también con los productivos,  como el empresarial, con el que ha establecido una relación renovada con base en los objetivos comunes.    
  
Podemos afirmar que, en lo que va de su gobierno, se han cumplido las expectativas que Rolando Zapata ofertó.
Estará bajo escrutinio público el alcance de las metas proyectadas a  6 años, que el apoyo sea evaluado -con cifras- trimestralmente. Los miembros del gabinete deberán demostrar si tienen los arrestos y la capacidad necesaria para caminar en la ruta marcada.

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