Experiencias-cumbre

La mayor parte de las personas prefieren quedarse en el exterior de sí mismos; se resisten a prestar atención a los mensajes que surgen de su interior.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El viaje espiritual consiste en volver al comienzo de nosotros mismos es decir, a la experiencia del ser.- Richard Moss, conferencista

La vida espiritual consiste en explorar sin descanso la propia interioridad, es decir,  prestar atención a lo que surge de la vida interior -el mundo personal de las imágenes, las ensoñaciones, los sueños y las visiones creativas-  también en prestar atención a nuestros diálogos interiores (de mí conmigo) y, a las propias emociones y sentimientos. 

La mayor parte de las personas prefieren quedarse en el exterior de sí mismos; se resisten a prestar atención a los mensajes que surgen de su interior; se distraen con la agitación de afuera sin hacer contacto íntimo y así acallan la voz interior.

Los momentos de soledad son el principal medio para favorecer la “toma de conciencia” de la propia interioridad que es de donde brotan todo el amor, la sabiduría y la común-unión.  El ego se contenta con la rutina diaria, las necesidades de la vida física y sus costumbres, sin embargo existen las llamadas “experiencias- cumbre” que son despertares repentinos.  Éstas llegan de imprevisto por un proceso de búsqueda que puede ser un cuestionamiento, un “shock” físico, un gran vacío interior, etc.

¿Cómo reconocer una “experiencia-cumbre”? Puede ser algún momento de mucho contento, de éxtasis, de exaltación; quizá al estar enamorados o al escuchar música o al sentirnos fascinados por alguna lectura, charla, una pintura o al estar creando algo… 

Notemos que en todos los casos fueron experiencias repentinas y excepcionales de fascinación  y gozo inaudito, de euforia imprevista, de sentimientos inconmensurables, incontrolables y trascendentes.  En el centro de la experiencia-cumbre se encuentra un sentimiento que no es una simple percepción, una idea o una emoción pasajera. Ese sentimiento crea una conexión con el objeto o con una persona dando una sensación de infinito.  Se contacta con una realidad trascendente: el amor, la luz, la belleza, la existencia, etc.  Las experiencias-cumbre nos impulsan a conocer y adoptar la misión personal; inspiran “el sueño del alma” que se define por una pasión profunda, por una actividad específica realizada por y para el bien común.

Ojalá hayamos vivenciado alguna experiencia-cumbre y escuchado su mensaje pues esto nos llena la vida de luz, de amor, de alegría , de optimismo, de satisfacción y de aventura.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton