Fabricando culpables

En los tres casos hay un daño al prestigio que difícilmente se recupera con una sentencia absolutoria, pues han sido exhibidos ante la opinión pública.

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La liberación del ex titular de la SIEDO, Noé Ramírez Mandujano, y del  general Tomás Ángeles Dauahare son botones de muestra de lo que ha sido y es la procuración de justicia en el país, en donde la presunción de inocencia es letra muerta y se siguen fabricando culpables.

También es evidencia de que el poder se utiliza para cobrar venganza o deshacerse de enemigos políticos, como todo apunta que es la detención de Elba Esther Gordillo, que no sería extraño sea liberada en breve, pues sus abogados aseguran que el caso está prendido con alfileres.

Independientemente de su presunta culpabilidad o inocencia, en los tres casos hay un daño al prestigio que difícilmente se recupera con una sentencia absolutoria, pues han sido exhibidos ante la opinión pública. 

El pasado 25 de enero,  en nuestra colaboración “Toca a los generales” anticipamos la liberación de Dauahare y coacusados, pues la PGR había reconocido que no tenía forma de corroborar los dichos de sus testigos, algunos incluso dijeron que fueron torturados para implicar a sus superiores con cárteles de las drogas.

Y apuntamos: “Si en el medio civil se siguen fabricando culpables y llevando a prisión a inocentes, en el militar también hay vacíos legales por llenar, como la falta de tribunales navales (los casos se ventilan en el Ejército) y la aplicación del criterio del juzgador para decidir cuándo deben ser juzgados en el fuero civil y cuándo en el militar.

“Si los generales son culpables de las conductas ilícitas que les imputan, hay un agravio a la institución militar; si son inocentes, ellos serían los agraviados. ¿Quién reivindicará a una u otra parte cuando se dé el veredicto?”
Hoy se confirma lo que presumíamos. Pero ¿quién o quiénes fueron los interesados en acusar al ex subsecretario de la Defensa? Y más importante  aún: ¿por qué? 

Esto quizás no lo sabremos. 

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