El fascismo financiero

Una de las mayores decepciones en la administración Obama fue su miedo a reformar el sistema financiero...

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Una de las mayores decepciones en la administración Obama fue su miedo a reformar el sistema financiero. Su intervención fue tímida, a pesar de que su diagnóstico no dejaba duda de que esa evolución del capitalismo era el principal enemigo incluso de las democracias más liberales. No contar con un Congreso favorable debió lanzarlo con más fuerza como en el caso de la reforma al sistema de salud. Pero una acción asistencialista tal vez le resultó ideológicamente más cómoda que un encontronazo con el capital financiero.

En julio de 2010 firmó la medida presentada por los congresistas Christopher Dodd y Barney Frank para una simple elevación en la supervisión de la Banca que evitara los excesos que llevaron a la crisis de 2008 que sacudió al mundo entero. Lo que debió ser una reforma integral se volvió un simple método de supervisión. Y las izquierdas tampoco presentaron propuesta alguna ante un tema que excedía sus catecismos.

Pues contra ese tímido método de control sobre Wall Street se ha lanzado Trump al firmar el viernes “dos decretos que inician el proceso de revisión del paquete de medidas reglamentarias conocido como la Dodd-Frank Act”, según informa el periódico El País: “Es una política desastrosa que está entorpeciendo los mercados y reduciendo la disponibilidad de crédito, aseguró el portavoz presidencial, Sean Spicer”.

En agosto del año pasado, en estas páginas y a propósito de la Convención Republicana que eligió a Trump candidato, recordé “La conjura contra América”, novela de Philip Roth. 

Vale la pena retomar lo que escribí sobre una novela que profetizaba a Trump: “Charles Lindbergh, que era partidario de los nazis, se lanza como candidato a la presidencia de los Estados Unidos, y, apoyado por la demagogia y el racismo que siempre han existido en ese país, gana las elecciones. Contra lo que podría pensarse de que la división de poderes y los múltiples intereses (incluidos los de los judíos de Wall Street) impedirían que pudiera construir un Estado fascista en la cuna de la democracia occidental, la demagogia convence a la masa.”

Varias órdenes ejecutivas firmadas por Trump han sido demagogia pura. Esta, contra la Dodd-Frank Act, inicia una nueva etapa de fascismo porque nos enfrentamos a un nuevo tipo de capitalismo, el financiero. Pero se trata de fascismo puro y duro.

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