Fibromialgia, estigma del siglo XXI

Esta enfermedad significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones); el dolor es generalizado y aumenta a la presión en unos puntos específicos.

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Entra al consultorio mi paciente, mujer madura de unos 42 años, su paso  es lento y tiene un rictus de dolor. No le he preguntado nada, pero la actitud me revela que su problema no es nuevo y soy el número “x” de médico que la va atender.

Le pregunto en qué puedo servirla y responde: “Esa sensación de no importarle a nadie, de vacío, de soledad, de incomprensión, esa sensación de desesperación, rabia, frustración, ese sentimiento de ser diferente, de arrastrar a cada paso esta enfermedad me pesa, me han dicho que tengo fibromialgia”.

Ahora usted, amigo lector, se estará preguntando: ¿qué es la fibromialgia?

La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones); el dolor es generalizado y aumenta a la presión en unos puntos específicos. Este dolor parece  que nace de las articulaciones,  pero no es una enfermedad articular.

No se conoce la causa de esta alteración, pero hay muchos factores implicados. Comienza alrededor de los 40 años -cuando podrían empezar las molestias del climaterio-,  después de una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o en otros casos aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).

Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, pero probablemente despiertan factores genéticos “dormidos”. 

Hasta la fecha se tienen varias explicaciones del origen, pero lo que sí es seguro es que son las limitaciones y dolores generalizados que llegan a modificar la dinámica familiar, laboral, social y personal de quien la padece.

Su excesiva especulación, poco conocimiento, ausencia de estudios que confirmen el diagnóstico, amén de la falta de paciencia de los profesionales de la salud,  solamente abonan la incertidumbre, desconfianza, desánimo y decepción de los dolientes.

Muchos opinan sobre  la fibromialgia pero poco se conoce. No es cosa menor, afecta a casi 5 millones de mexicanos y hasta hoy no existe cura, sólo alivios y remedios. De sus consecuencias conocemos la depresión y la ansiedad. Sobre el estigma que pesa para quien la padece y se le diagnostica, nadie quiere opinar.

Cuando regreso al escenario que motivó mi columna me pregunto: ¿cuántos de ustedes muy seguramente han satanizado a su pareja, compañera de trabajo o conocida sin saber que padece de fibromialgia? Antes de emitir un juicio, te sugiero que comentes o acudas con un reumatólogo; te evitará lastimar a quienes te rodean, que no tienen culpa de tener esta enfermedad.

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