En la reciente visita del presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, la plana mayor del Tricolor se mostró sin sombras amenazantes en el horizonte, como en los tiempos de aquel PRI antes de ser desalojado de Los Pinos en 2000.

Los priistas tienen el control del juego en sus manos, ya que en todos los frentes se han afianzado, recuperando la Presidencia de la República con Enrique Peña Nieto, conservando y recuperando gubernaturas y –en el plano local– recuperando los cinco municipios que tuvo en su poder la oposición a partir de 2010.

Este sábado por la tarde se efectuó la toma de protesta de Pedro Flota Alcocer y Leslie Baeza como líder estatal y Secretaria General del PRI, acto atestiguado por César Camacho y el gobernador Roberto Borge, entre otras figuras destacadas de un partido que va por todo rumbo al proceso federal de 2015, aprovechando que en esta ocasión no habrá efecto López Obrador, de ahí la confianza en firme de la familia priista. 

“Vamos en unidad, lealtad e institucionalidad  a seguir trabajando para ganar los tres distritos electorales federales en 2015 y entregar buenas cuentas al presidente y primer priista  Enrique Peña Nieto”, manifestó Pedro Flota Alcocer.

             Muy malas cuentas en cultura      

Lilián Villanueva Chan como Subsecretaría de Cultura simplemente se ha vuelto invisible y las actividades culturales están completamente estancadas, sobre todo en esta capital.
La escuela de artes decayó, los museos de la ciudad permanecieron en el abandono, y lo poco que se había logrado en los primeros años de la Secretaría fue tirado a la basura.
La Secretaría de Cultura fue una de las primeras en desaparecer en la reingeniería administrativa del gobierno estatal, pues consumía un presupuesto significativo y brindaba escasos resultados.

La subsecretaria de Cultura debe rescatar el expediente del IQC (Instituto Quintanarroense de la Cultura) de los años 90´s, donde con poco presupuesto se hacían maravillas y la cultura llegaba a todos los rincones de la ciudad.

Recordemos los espacios de lectura en parques y espacios públicos de las colonias, la escuela de música, danza y pintura del IQC rebosantes de niños y adolescentes que invertían sus tardes en desarrollar su talento artístico, los grupos de teatro y cuenta cuentos que se multiplicaban en las escuelas primarias y secundarias de la ciudad, los coros de niños que  preparaban destacadas maestras y maestros de canto, y las constantes exposiciones culturales.

Pero que lo que un día fue un centro cultural de tremenda eficiencia es un elefante blanco, y el nuevo centro de las Bellas Artes –instalado en la antigua escuela Belisario Domínguez– a duras penas sobrevive.