Al filo de la navaja
Podemos combatir la corrupción y la impunidad, alzando la voz ante los desaciertos y voracidad de gobernantes y servidores públicos que olvidan que les pagamos para ser eficientes.
Estás viendo temblar y no te hincas.- Dicho popular
Actualmente, la falta de confianza de los mexicanos en el gobierno, instituciones y justicia de nuestro país nos genera trastornos de ansiedad, que es un estado de desasosiego y un comportamiento de prisa y angustia.
Cada persona puede experimentar determinados tipos de emoción, según lo que le preocupe y las ideas que tiene acerca de sí mismo y del ambiente en el que vive. Así las emociones responden a cómo cada quién “se cuenta su cuento”, es decir: el significado que le damos a los acontecimientos que nos conmueven produciéndonos enojo, miedo, ansiedad, culpa, alegría, placer, etc. Observar las emociones predominantes en la persona nos permite entender cómo interpreta los sucesos de su vida y cómo le afectan.
Todos formamos imágenes idealizadas de nosotros mismos y de los aspectos de la realidad social, cultural y económica. Los ideales son una guía y un objetivo a alcanzar. No siempre son posibles pero nos impulsan a seguir avanzando para el logro de metas que apuntan a los mejores medios para avanzar y transformar los ambientes familiares y ciudadanos.
La inteligencia nos permite reconocer las circunstancias de lugar, tiempo y condiciones de vida para transformar las adversidades en oportunidades y lograr el desarrollo y bienestar propio y de los demás. Hay que tomar consciencia de que TODOS somos protagonistas e influir en el conjunto social para mejorar las condiciones de salud, educación y economía tan precarias actualmente.
Podemos combatir la corrupción y la impunidad, alzando la voz ante los desaciertos y voracidad de muchos gobernantes y servidores públicos que olvidan que les pagamos para ser eficientes y eficaces en la administración de las leyes, bienes, servicios y orden público. Todo esto con los recursos aportados por los ciudadanos.
Sin embargo, mientras tú y yo no cumplamos con honestidad nuestros deberes ciudadanos y no estemos atentos a los resultados de la administración pública en todos sus niveles, para reconocer lo correcto o demandar y sancionar lo que no lo es, continuarán la corrupción, criminalidad e impunidad que imperan hoy en nuestro país.
Al reconocer la problemática actual, podremos afrontar con decisión y valentía las situaciones de inequidad que prevalecen para revertir el caos tan doloroso en el que se encuentra, ahora, nuestro México.
¡Ánimo! hay que aprender a vivir.