Al filo de la navaja

Podemos combatir la corrupción y la impunidad, alzando la voz ante los desaciertos y voracidad de gobernantes y servidores públicos que olvidan que les pagamos para ser eficientes.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Estás viendo temblar y no te hincas.-  Dicho popular  

Actualmente, la falta de confianza de los mexicanos en el gobierno, instituciones y justicia de nuestro país nos genera trastornos de ansiedad, que es un estado de desasosiego y un comportamiento de prisa y angustia. 

Cada persona puede experimentar determinados tipos de emoción, según lo que le preocupe y las ideas que tiene acerca de sí mismo y del ambiente en el que vive. Así las emociones responden a cómo cada quién “se cuenta su cuento”, es decir: el significado que le damos a los acontecimientos que nos conmueven produciéndonos enojo, miedo, ansiedad, culpa, alegría, placer, etc. Observar las emociones predominantes en la persona nos permite entender cómo interpreta los sucesos de su vida y cómo le afectan. 

Todos formamos imágenes idealizadas de nosotros mismos y de los aspectos de la realidad social, cultural y económica. Los ideales son una guía y un objetivo a alcanzar. No siempre son posibles pero nos impulsan a seguir avanzando para el logro de metas que apuntan a los mejores medios para avanzar y transformar los ambientes familiares y ciudadanos. 

La inteligencia nos permite reconocer las circunstancias de lugar, tiempo y condiciones de vida para transformar las adversidades en oportunidades y lograr el desarrollo y bienestar propio y de los demás. Hay que tomar consciencia de que TODOS somos protagonistas e influir en el conjunto social para mejorar las condiciones de salud, educación y economía tan precarias actualmente. 

Podemos combatir la corrupción y la impunidad, alzando la voz ante los desaciertos y voracidad de muchos gobernantes y servidores públicos que olvidan que les pagamos para ser eficientes y eficaces en la administración de las leyes, bienes, servicios y orden público. Todo esto con los recursos aportados por los ciudadanos. 

Sin embargo, mientras tú y yo no cumplamos con honestidad nuestros deberes ciudadanos y no estemos atentos a los resultados de la administración pública en todos sus niveles, para reconocer lo correcto o demandar y sancionar lo que no lo es, continuarán la corrupción, criminalidad e impunidad que imperan hoy en nuestro país.  

Al reconocer la problemática actual, podremos afrontar con decisión y valentía las situaciones de inequidad que prevalecen para revertir el caos tan doloroso en el que se encuentra, ahora, nuestro México.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton