Aún quedan poco más de 2 semanas para hacer proselitismo, pero, contra lo que se había pronosticado, el período más corto de campaña en la historia, dos meses, ha quedado largo, o tal vez los “creativos” de los partidos se han secado, quedándose sin ideas, pues la propaganda no ha logrado atraer la atención de la gente ni ofrecerle una razón suficientemente válida para acudir a votar.

El motivo puede ser que muchos han adoptado la estrategia de la “guerra de baja intensidad”, en la que cada quien prefiere confiar en su estructura de movilización partidista, o en la inercia que puede acarrear por un lado el descontento social, apostando al voto de castigo, o en su caso  por el voto de apoyo cuando la gente ha calificado bien al gobierno, aunque se haga la diferenciación por cada uno de los niveles de gobierno.

La única excepción es la guerra sucia, intensa, que se lleva a cabo en el DF, protagonizada por Morena que se ha lanzado  contra su instituto de origen, el PRD, en la que han salido a relucir los casos de la escandalosa  corrupción de la gente de “izquierda”, en la que su otrora adalid Marcelo Ebrard ha salido tan lastimado que ha tenido que acudir a la figura de “Juanito”, inventada por AMLO, al conseguir que se le acepte como suplente de un candidato plurinominal que, una vez elegido, seguramente renunciará.

En lo que resta del país, la franquicia de AMLO ha tenido un desangelado desempeño, pues sus candidatos, sin siquiera darse a conocer, han dejado de participar en más tareas de proselitismo que la de su propagandista y líder nacional, que piensa que la gente votará por ese partido porque así lo recomienda.

Aunque para demostrar que trabaja muy duro, el INE ha enfilado todas sus baterías a sancionar al PVEM, por las mismas supuestas faltas por las que no se atreve a tocar ni con el pétalo de una amonestación al PRD ni a Morena.

A nivel local, lo más destacado son los cañonazos con que Vila consigue hacer defeccionar a su favor a presuntos candidatos de los mini- neo-partidos y los espectaculares fotoshopeados de los candidatos del PAN que parecen surgidos del Mundo de Huxley, en los que acusan exceso en el consumo de “soma”, la droga legal de la felicidad, como la de cierto doctor, destacado en las redes como ecocida de tamarindos.

Los que no tienen remedio son los del PAN que a nivel central se mandaron publicidad afirmativa con las “3 del PAN”,  a las que luego se agregaron otras 3 diferentes y seguramente pasarán de 9; peor están los del PRD que se fusilaron el formato, presentando sus “3 del PRD”, en las que en por lo menos una coinciden con el PAN.

La mejor respuesta está a mi juicio en la trabajadora  que le revira al panista que habla de subir salarios, bajar impuestos y fortalecer la economía familiar: ¿Por qué no lo hicieron en sus 12 años de gobierno? ¿No será que no saben cómo hacerlo? 
Repetir lo que dicen los sondeos que pide la gente no es suficiente motivo para convencerla.