Trabajar con niños es una tarea de gran responsabilidad, ellos son como esponja, todo cuanto escuchan lo asimilan. Es en esa etapa donde cobra vital importancia una correcta dirección para formar el carácter de los futuros hombres.

Darles herramientas para incrementar su autoestima es la base de un hombre equilibrado, un niño nunca olvida esa etapa, y aunque pareciera ser que se borran los recuerdos, en el inconsciente siempre están, por eso su mente debe nutrirse de pensamiento positivos.

A un niño se le corrige con energía, nunca con enojo, de esa manera el mensaje será de fuerza, comprendiendo que el control de las emociones es una característica de fortaleza, en esta tarea los papás deben contribuir con lo aprendido en las clases de artes marciales.

Precisamente por esa formación  se denominan  ‘artes’, de lo contrario simplemente serían movimientos de combate, lo cual está muy alejado de la verdadera esencia de la filosofía oriental.

La descarga de energía de una hora de artes marciales dota a los niños de mayor memoria, agilidad, percepción, concentración y los hace más alegres, es el antídoto para acabar con niños  de mal genio o temerosos, cuando ellos se sienten bien rinden mejor en la escuela y en todas sus actividades.

En síntesis el entrenamiento a niños es una de las labores más importante dentro de las herramientas de un experto en artes marciales. Antes de concluir les dejo la siguiente frase, si se educa a los niños se evitará reprender a los hombres.

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