¿Fracaso del boxeo local en la ON 2014?

El director del IDEY, Juan Sosa, debe tomar 'el toro por los cuernos', llamar a cuentas al entrenador cubano.

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El no conseguir cuando menos una medalla en la ON sería un fracaso para el pugilismo yucateco, más ahora que no hubo pretextos, ya que contaron con un Centro de Alto Rendimiento exclusivo para el deporte de los puños pero, según pudimos enterarnos, hubo un frijol en el arroz: había desconfianza en el entrenador de ese gimnasio que auspicia el Gobierno del Estado.

Nos enteramos que un lunes por la noche se presentó el presidente de la Asociación de Boxeo de Yucatán, Carlos “Pescado” Sosa ante la Comisión de Boxeo para alertar que el mentor antillano Miguel Martínez quería profesionalizar a varios pugilistas del gimnasio de Alto Rendimiento y, por ello, los managers temían ceder a sus peleadores, ya podrían ser “pirateados”. Desde ahí se creó la incertidumbre.

El director del IDEY, Juan Sosa, debe tomar “el toro por los cuernos”, llamar a cuentas al entrenador cubano y hacer una revisión en los gimnasios donde tiene injerencia ese instituto, para que de una vez por todas dividir el boxeo aficionado del profesional o seguirán de fracaso en fracaso.

Muchos se quejan de los bajos sueldos que perciben los entrenadores en los gimnasios del IDEY, y tienen toda la razón, pero si no están a gusto, es mejor que se hagan a un lado, y den paso a la gente que quiere forjar pugilistas amateurs.

También hay que decirlo: hay gimnasios particulares de mentores humildes que no reciben ni un par de guantes de la autoridad rectora del deporte estatal; son gimnasios como el de la Amalia Solórzano, el “San José”, que han aportado pugilistas para la selección de Yucatán sin recibir algún apoyo.

Desafortunadamente, algunos gimnasios le han perdido el interés por darle un espacio a los pugilistas que se inician en este deporte que ha dado al Estado muchas satisfacciones en el terreno profesional.
Ya no están aquellos mentores que fogueaban a sus pupilos  con un sinfín de combates amateurs y luego los llevaban al  profesional sin precipitarlos.

Se hacían aquí funciones de aficionados por personas desinteresadas que se preocupaban por los jóvenes, como el caso de las veladas que se hacían en el estacionamiento del ahora Canal 2 de SIPSE, con apoyo  del siempre recordado don Eduardo Amer.

De ahí surgieron pugilistas como Juan Herrera, más tarde campeón del mundo.

Esos tiempos se acabaron, hoy en día, si no es negocio no  hay boxeo.

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