Abracé a Jaime Almeida por el fallecimiento de su amigo, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, para quien fue su enlace con medios en la que se llamó Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, y durante la construcción de la nueva Basílica de Guadalupe.

Por Jaime supe que ayer, precisamente, el autor de muchas de las construcciones emblemáticas de México murió en su cumpleaños 94.

Se vieron en casa del arquitecto el 24 de diciembre y en enero por última vez.

Almeida y él mantuvieron una relación permanente desde 1975: Jaime lo asistió en la recopilación de materiales y en la edición de su libro sobre el siempre deslumbrante Museo Nacional de Antropología, así como en la infraestructura de otros dos que han quedado inéditos: un compendio de su obra y Pedro Ramírez Vázquez y el urbanismo.

Conocí al arquitecto a finales de los 70 y lo traté quizá tres ocasiones más, pero sin el apoyo de Jaime yo no habría tenido el privilegio de una charla como la que MILENIO Tv está retransmitiendo.

Por eso el pésame, anoche, se lo di al apesadumbrado y admirado Jaime.