Ganar

“No siempre gana el mejor en cuanto a un producto artístico, gana el que a un grupo de gente le pareció el adecuado en un contexto”.

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¿Podemos ser objetivos en algo tan complejo y particular como es un producto artístico? Alguien me dijo por ahí: “No siempre gana el mejor, gana el que a un grupo de gente le pareció el adecuado  en un contexto”. Recientemente fui jurado del premio nacional de dramaturgia “Gerardo Mancebo del Castillo 2013” junto con Hugo Hinojosa y Antonio Castro. Nos decidimos por la obra de Carlos Iván Córdova “Mujeres sin cuello”, un texto esencialmente femenino que aborda paisajes oscuros de la relación entre una pequeña y su enfermera.

Creo que el teatro tiene muchas dimensiones, ahora le toca al texto defenderse por sí mismo, pasar del papel a la piel del actor y de ahí a la mirada finita del espectador. Sólo ahí podrá esta obra refrendar su calidad como premio nacional. Están también las otras cuatro obras finalistas, espero que sean puestas en escena para decirnos a los jurados si nos equivocamos, si leímos mal o no valoramos lo suficiente la calidad literaria de esos textos. Estar en la capilla del Centro Cultural Helénico constituyó uno de los rituales más importantes del teatro: reunirnos. Si el concurso no sirvió para que todos ganen, sirvió para abrir nuevas redes donde los finalistas se sepan cercanos.

Este premio es bastante singular pues se seleccionan cinco textos que posteriormente participan en un taller de perfeccionamiento del texto y al revisar la segunda versión se decide el ganador.
Jorge Caballero Vega, Juan Carlos Delgado, Ivi May  y Jesús Ramírez Ferreiro son los cuatro finalistas que pronto verán su obra publicada por la editorial “Tierra Adentro” en la colección “Teatro de La Gruta XIII”.

Voces singulares, universos masculinos que viajan en metro, en barco, por línea, que son capaces de llegar a la luna y develar viejos misterios sospechados. Reza el dicho: A veces el que gana pierde y el que pierde gana. Yo creo que si los participantes asimilan que sus obras fueron vistas entre noventa y tantas, que podrán ser leídas en una colección, que publicar es existir y que estar cerca de los colegas es abrir nuevas rutas que siempre los llevarán al teatro, serán conscientes de que su obra ha trascendido el punto medio.

Yo diría que sí ganan; un espacio público donde sus obras será puestas en la piel de un libro.  Agradezco al maestro Jaime Márquez su invitación para ser parte del jurado y a Graciela Cázares todas las atenciones que convirtieron esta experiencia en un grato suceso. Interesantes sucesos teatrales están a la vista en el Centro Cultural Helénico.  Si no nos es posible ir al teatro, llevémoslo a la cama en un libro, bastará con abrir sus hojas y el espectáculo aparecerá exclusivo para nosotros.

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