Gilberto y Yucatán (2)

Sucedieron cosas que hasta donde se recuerda ningún huracán había provocado.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La mañana del día 13 de septiembre de 1988, contra todo pronóstico, el huracán GILBERTO, llamado del siglo, ingresaba a Yucatán por la zona oriente y pasó al mediodía por Tizimín, y al final de la tarde salió al Golfo de México por la zona de Telchac Puerto y se mantuvo semiestacionario hasta casi la medianoche, moviéndose lentamente hacia el oeste a lo largo de la costa desde Telchac Puerto hasta Sisal. 

Comenzó a moverse a eso de las 11 de la noche con rumbo oeste-noroeste internándose en el Golfo de México. Yucatán y su capital Mérida vivieron ese día uno de los días más difíciles de su historia, ya que por primera vez sucedieron cosas que hasta donde se recuerda ningún huracán había provocado, como lo fue una marejada que invadió todo el puerto de Progreso, el encallamiento en las costas de Chelem de un barco mercante, la destrucción total del malecón y de las casas de la costa veraniega, la caída de un sinnúmero de árboles y sobre todo de postes de energía eléctrica, dejando sin corriente eléctrica a prácticamente todo el Estado y con ello un desabasto total de agua potable y gasolina y graves daños a la infraestructura urbana.

Fue en verdad algo que nos dejó sorprendidos, sobre todo por la gran cantidad de daño provocado, tanto así que después de GILBERTO las cosas no iban a ser iguales jamás. Fue un auténtico parteaguas en la historia de Yucatán, al grado de decir ahora: las cosas eran así antes y ahora así son después de GILBERTO.

Fue una gran lección de la naturaleza, ya que se nos estaba olvidando que vivimos en una zona que es cada año amenazada por este tipo de fenómenos meteorológicos y cada determinado tiempo impactada por ellos, una lección que afortunadamente fue asimilada, pero al venir otro periodo de calma sin el impacto de huracanes nuevamente se nos olvidó que en donde vivimos nuestros ancestros los mayas le tenían un gran respeto a los huracanes y eso lo volvimos  a pasar por alto.

Lo más leído

skeleton





skeleton