Si algo debemos reconocer plenamente al gobernador Rolando Zapata Bello es su compromiso con la educación de los niños y jóvenes. La presentación del programa “Bienestar Escolar” para todos los  estudiantes de educación primaria y secundaria de las escuelas públicas del estado reafirma su visión de que “la educación es una de las columnas más importantes de nuestro desarrollo”, además de complementar la entrega de computadoras laptop a estudiantes de bachillerato.

Los niños de primaria de Mérida recibirán un paquete de útiles con: libretas, regla, borrador, tajador, cajas de colores, pluma, juego de geometría, calculadora y barra de pegamento. En las 47 comisarías de Mérida y los restantes 105 municipios, recibirán además dos camisas y un par de zapatos; en secundaria, solamente recibirán un paquete de útiles escolares los alumnos de los restantes 105 municipios y las 47 comisarías meridanas.

Aunque el beneficio impactará directamente en la economía familiar, la elaboración de los uniformes, las mochilas y zapatos inyectará recursos a las maquiladoras yucatecas y zapaterías de Ticul, Hunucmá y Mérida. El fin social debe reconocerse, ya que, a diferencia de la administración anterior, esta vez la distribución de los útiles escolares se realizará de manera directa en los salones de clase y no a través de dependencias estatales, sindicatos afines y cuadros seccionales del PRI como una forma de beneficiar a su gente.

Luego de la entrega de útiles, se medirán las tallas a los estudiantes, con el fin de armar paquetes personalizados para la entrega de mochilas, camisas de uniformes y zapatos. Qué bueno que cambian el fin electorero de estos programas sociales.

Otra noticia que ha levantado roncha entre la sociedad es la distribución de los libros de texto gratuitos con  117 errores ortográficos, un hecho “imperdonable” tratándose de la SEP. Nada nuevo al fin, en 2009, el tomo de Historia y Geografía de tercer grado de primaria provocó una fuerte polémica, en 2011 nuevos errores ortográficos, contenidos ajenos al plan de estudios, confusiones o temas abordados de forma insuficiente.

Así, cada año, los libros acumulan errores ortográficos, de contenido, de sintaxis, gráficos, títulos a fotografías, hasta yerros científicos. Corríjanse, pero YA.