La solución del problema financiero del estado es uno de los problemas más urgentes que debe encarar el gobernador Carlos Joaquín. Esto es de importancia fundamental, por la grave situación que atraviesa el estado, que el equipo económico del nuevo gobierno no elija el camino más fácil que es el de incrementar la recaudación del fisco aumentando los impuestos, lo que debe hacerse es aumentar la base tributaria con los que no pagan y que los saqueadores del estado se les confisquen los bienes para reponer lo que se llevaron.

Los organismos multilaterales de créditos suelen recomendar a los estados, que se incremente la recaudación del fisco aumentando los impuestos.

Por razones políticas obvias, los gobernantes rara vez adoptan medidas honestas de austeridad en el gasto público, y menos aun deciden realizar importantes recortes del presupuesto de gastos. 

Sólo pocos contribuyen

Siempre se ven tentados a atacar el déficit fiscal simplemente incrementando la tasa de los impuestos existentes o creando nuevos tributos, es decir, aumentando la carga tributaria que soporta el estado.

La presión de los impuestos actualmente recae no sobre una amplia base tributaria, sino sobre unos pocos sectores de la economía formal que pagan sus impuestos.

 Al 60% o más de la economía que opera en el sector informal o mercado negro, evadiendo impuestos, la presión tributaria no le afecta en lo más mínimo. 

Debido a ello, el simple aumento de los impuestos o la creación de nuevos tributos lo único que hará es presionar aun más sobre los que ya los están pagando. 

A los evasores el aumento de la presión tributaria no les afecta; por el contrario, les conviene una mayor presión tributaria, dado que, al ampliarse la diferencia de costos entre los contribuyentes que trabajan legalmente y los que no lo hacen, los márgenes de ganancias y beneficios de estos últimos aumentan en similar proporción. 

Hay que combatir la evasión

La solución más eficiente y, sobre todo, equitativa para reducir el déficit fiscal por el lado de la recaudación consiste en ampliar la base tributaria; es decir, combatir la evasión y extender el pago de los tributos a todos los sectores, haciendo esfuerzos que no se hacen por incluir, especialmente, al inmenso sector informal de la economía.

Si el nuevo gobierno tiene la fuerza y la integridad para lograr que al menos la mitad del sector informal o mercado negro pague sus impuestos, la recaudación tributaria actual podría casi duplicarse, eliminando el déficit fiscal sin necesidad de crear nuevos impuestos o de aumentar la presión tributaria.

Cierre de empresas o clandestinidad

 El verdadero problema para ampliar la base tributaria radica en que es más fácil para los funcionarios públicos aumentar la presión sobre los pocos que ya pagan sus impuestos que combatir la corrupción.
El aumento de la presión tributaria podría forzar a muchos negocios y pequeñas empresas a cerrar sus puertas o dejar de pagar sus tributos y pasar a la clandestinidad, donde podrán competir en igualdad de condiciones con los evasores que hoy dominan el mercado.