Como ya es una costumbre en la cultura y tradición mexicanas, se honra a la vida a través de la muerte. Diferentes sitios en todo el país recuerdan lo importante que es vivir para bien morir. La costumbre del día de muertos, que una de las expresiones que nos identifica en el mundo como mexicanos, está llena de simbolismos, de significados, de significantes, que se traducen en una mezcla ideológica única.

Trascender a un nivel superior en el universo, es una de las premisas de estos días, pero que viene de una raíz antropológica muy interesante. En tiempos ancestrales, los muertos eran venerados por las culturas que se asentaron en Mesoamérica, desde la cultura maya, pasando por la tradición tolteca, teotihuacana y mexica; todo ello con la mezcla cultural a raíz de la llegada de personas del continente europeo, hace que nuestra festividad se haya declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Son miles de lugares en México que recuerdo desde temprana edad, a los que he podido asistir y disfrutar, para admirar la belleza de esta tradición. Michoacán con sus ofrendas y sus recorridos por el Lago de Pátzcuaro, la tradición de la cultura Otomí en el Estado de México, Oaxaca y sus festividades. Pero sin duda las que más disfruto en la actualidad son las que se desarrollan en la Península de Yucatán y en la Ciudad de México, ambos lugares ofrecen un sinfín de actividades para todos los gustos.

Un ejemplo es la celebración de muertos en Coyoacán, el lugar que para mi gusto tiene el mayor desarrollo de actividades culturales de la Ciudad de México. La importancia radica en que suma cada año a cientos de artesanos de los antiguos pueblos de la demarcación -ahora convertidos en colonias-, la comunidad artística y cultural, una de las más influyentes de la capital del país y a la sociedad en general, que viaja desde otras delegaciones de la ciudad para disfrutar de uno de los lugares más emblemáticos del D.F.

Para este año Coyoacán espera superar el más de medio millón de visitantes y también incrementarla derrama económica del 2014, que fue cercana a los 100 millones de pesos en los días de celebración. Si es que va a visitar la Ciudad de México en los días en los que se honran a los muertos, déjese consentir en Coyoacán, o bien, si tiene familiares viviendo en el Distrito Federal, anímelos a visitar este lugar histórico. En internet puede obtener información de las actividades que están programadas en la página www.tradicionhecharecorrido.mx

Más cercano a los quintanarroenses, aproveche y disfrute el 10° Festival de Vida y Muerte, un gran esfuerzo por parte de sus organizadores, buenos amigos todos ellos, quienes año con año sorprenden a la región con una muestra de los atractivos culturales de todo el país.

Mi recomendación es que no se pierda la narración que hará uno de los -cuenta cuentos- más relevantes para niños, Apolonio Mondragón y su obra “La leyenda del Ahorcado”.

Así que ya lo sabe, vaya y disfrute de esta tradición, en el lugar que usted decida. ¡Qué la Pluma siga girando!