Después de escuchar al abogado del químico Granier, que ya tiene hasta su Florence Cassez, parece más fácil que aparezca la osamenta de Muñoz Rocha a que el químico se presente ante la justicia. Sobre cuando el ex góber de Tabasco no es que ande cual pollito en fuga por no querer enfrentar a la justicia, sino que: “No va a comparecer por una sencilla razón: no ha sido legalmente citado y si no ha sido legalmente citado, no tiene por qué comparecer ante ninguna autoridad que lo haya formalmente citado”, según afirma el representante legal de Mr. Four hundred shoes, galimatías legal que debería estar a la entrada de San Lázaro escrito con letras de oro.

No sé por qué pienso que le habría ido mejor si el licenciado hubiera dicho que su cliente estaba en Tijuana y que debido al apagón analógico-paradójico no se enteró de que lo andaban buscando. Además de aventarse unas merecidas borracheras mientras boleaba sus zapatos.

Digo, y cómo no iba a celebrar el hombre que en materias de alta cultura priista como el desfalco y el derroche, rebasó por la derecha a personajes con mejores credenciales y rancio abolengo, de Moreira a Méndez Docurro que, a fuerza de brillantes gimnasias de pirotecnia financiera, lograron hacerse de sus casitas con jardines, alberquita y calefacción central. Estilo de vida de líder sindical devenido en jeque árabe.

Una maravilla que frente a una tradición tan difícil de superar, el tabasqueño consiga que se revuelvan de envidia López Portillo y El Negro Durazo.

Y es que también, con tanto aviso que le dieron, lo más lógico es que el señor Granier, en vez de hacer panchos como la #LadySenadora (ni modo que a la manera de la ñora Beristain que quiere una comisión defensora de políticos, él se pusiera a hacer lo mismo, pero de políticos trácalas) emprendió la huída antes de que lo agarraran.

Yo digo que si en vez de recurrir a la procuraduría estatal hubieran recurrido al Capufe, a la Fepade o a VivaAerobús, a pesar de sus taras, ya tendrían apañado a este góber de las lágrimas de cocodrilo.

Es por eso que para evitar estos bochornos, propongo medidas preventivas. O sea, ante las evidencias de que de todas maneras van a arrasar con el erario, sugiero que desde una semana antes de dejar el poder se detenga a los gobernadores y colaboradores que, casi les prometo, los van a agarrar en flagrancia.

O por lo menos jalándole las patas al diablo con la mota transgénica de Fox.

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