Haití otorga el premio Papa y "Baby Doc" a Calderón

Solo falta que nos diga que las promesas de campaña de candidatos y partidos son una tomadura de pelo.

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De no haber sido por #LadyProfeco su padre no habría sido obligado a renunciar y por lo tanto la institución no estaría ahora dedicada a aplicar el debido Profeco. Gracias a los actos bravíos de una niña fresa, el ex procurador del Edomex, al que no podemos recordar por sus grandes logros —salvo el hallazgo del reloj que sus huestes le sustrajeron al poeta Efráin Bartolomé—, Alfredo Castillo está condenado a dar grandes espectáculos. Comenzó con Mc Donald’s por hacer publicidad engañosa ofreciendo maravillas en sus comerciales y espectaculares que no se reflejan en la realidad, algo que, claro, no ocurre en México con demasiada frecuencia, donde por lo general todo lo que se ofrece en calidad alimentaria corresponde a lo que los consumidores terminan por obtener. Esas hamburguesas godzillescas autodenominadas orgánicas y que las acusan de ser transgénicas; esos refrescos cocacolescos que se definen como nutritivos y más saludables que el jabón del Tío Nacho, también apañado por la Profeco por no impedir la caída del cabello.

En su locura, la Profeco ya comenzó a cerrar hoteles de caché en la Ciudad de México por no colocar a la vista precios, cobros y presupuestos, y aplicarte el IVA hasta por rascarte los sabañones. Todo mientras en un acto de respeto a los usos y costumbres, no ha tocado los hoteles de dudosa reputación, pero de alta diversión en la llamada Costera de Tlalpan. Eso es discriminación.

Al rato van a cerrar los comederos de políticos donde se arman los grandes complós estilo Salinas y subjefe Diego, en vez de las taquerías de muerte súbita donde, dirán, sí cumplen con lo que ofrecen y la tifoidea dirá si el cliente vive.

Solo falta que nos diga que las promesas de campaña de candidatos y partidos son una tomadura de pelo, cuando todos sabemos que si no cumplen no es por mala fe, sino por culpa de los errores ortográficos de los libros de texto gratuito.

A ver si la Profeco, ya encarrerada, no va ahora contra la nueva banda TimbirIFE, que cree que tiene el monopolio de las multas. O, peor aún, contra el gobierno de Haití que quiere condecorar a Jelipillo (parece que con el aval de Harvard y la pinchi Sota le darán el premio Papa y Baby Doc al mérito humanitario), alegando que es mera publicidad engañosa.

www.twitter.com/jairocalixto

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