Hasta la próxima

Estos son los objetos de culto más extraños que se conservan...

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El Transcriptor y la columna Viernes Cultural abren el placer de leer (leer, no “ler”), luego de un baño casi de novia, y bebiendo sendas tazas de espresso doble, se maravillan con las imbecilidades humanas:

Oye esto, que publica el diario español ABC: Las extrañas reliquias que rondan por el mundo. Estos son los objetos de culto más extraños que se conservan:

“Los dedos de Galileo”, en el traslado a su tumba en 1737 le arrancaron el dedo pulgar, el medio y una vértebra, y que están en un santuario italiano; “El pene de Napoleón”, extirpado de su cadáver, en 1821, lo adquirió un argentino; “Los ojos de Einstein”, en 1955 los separaron de su cadáver y se dice están guardados en una caja fuerte en Nueva York; “El dedo de Pancho Villa”, hoy en venta; “El último aliento de Thomas Edison”, en el Museo Henry Ford de Michigan cuenta con un tubo de ensayo que presuntamente guarda el último suspiro de Edison.

¡Recáspita y recórcholis!, exclaman al unísono los queridos de los viernes. ¿Habrá otros?, pregunta la columna Viernes Cultural al Transcriptor.

Ejem, ejem, carraspea el erotómano de su vida, hay uno, presume, que no llega a categoría de reliquia, podría serlo, se trata del mío, no el del hijo distinguido de Córcega. 

Resulta que Patarax, de vez en vez, lo saca, desempolva, lo lava, lo usa (no lo tira), lo limpia y le da esplendor, y lo vuelve a guardar, hasta la próxima.

De nada… Saludos…

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